Por Pablo Vela
Hasta de manera fortuita, las situaciones de las que somos testigos día a día nos van despejando el panorama a la hora de elegir nuestros próximos gobernantes.
Para las próximas elecciones tanto a nivel nacional como departamental tendremos en el espectro de personas elegibles a algunas con experiencia en diferentes cargos pero también a otras que por primera vez se pondrán a lo que los votantes dispongamos.
Presidente, intendente, diputado, senador, edil, directores de la Intendencia, cargos en entes, etc., varios de los que ya tienen experiencia ocuparon esos u otros cargos con diferente suerte, a veces con gestiones aceptables o buenas, otras con gestiones de poco valor pero también tendremos varios conocidos que no le han generado nada al departamento. Algunos no viven en Salto directamente, otros no fueron capaces (al menos para el cargo que les tocó ocupar) y finalmente los que hicieron uso y abuso de la investidura mal gastando dineros públicos, haciendo campaña política durante 5 años y así.
Lamentablemente no podemos esperar que de motus propio den un paso al costado, dejando su lugar para otras personas puedan ponerse a consideración en las urnas, buscando realizar una mejor gestión, buscando la renovación de los Partidos Políticos, etc.
No solo que no podemos esperar que den un paso al costado, si no que aumentan su soberbia, se muestran cada vez más ambiciosos y no miran más allá de sus narices.
Por eso, los lugares de cada uno deben ser asignados por las urnas, por nuestro sagrado y bendito voto que entre otras fortalezas es el que hace saber al candidato de turno que ya pasó su tiempo, su oportunidad, y no fue bien aprovechada (tal vez sí en lo personal pero no para el general de la población).
Opciones tendremos, Salto siempre generó ciudadanos capaces de ocupar cargos políticos que gestionaron y lograron grandes proezas para el Departamento. En todos los Partidos Políticos habrá salteños que desempeñen, valoren y honren la investidura que se le otorgue, es solo cuestión de pensar, de ver antecedentes, de escuchar discursos y analizar, etc.
Porque hay discursos que ya se repiten por tercera o cuarta vez. Dulces palabras vacías que no se ejecutaron ni dieron resultados cuando esos recitadores tuvieron la chance de hacer lo que prometieron.
Pero de nuevo, solo un voto pensado pondrá a cada uno en su lugar. Voto castigo? Quizás. Votó decepción? Tal vez. La manera de catalogarlo es personal y poco importa.
Lo real del acto electivo es el poder que tenemos en nuestras manos y el poder que le daremos a quien encabece las listas, un poder que no tenemos en consideración hasta que comienzan los errores, los despilfarros, la mala gestión en definitiva.
Comienzan los movimientos electorales, las visitas más frecuentes de algunos actores políticos a barrios, al interior, a instituciones, también acaparan los medios de comunicación (cosa que no es para cualquiera por un tema monetario, ¡gracias Diario Cambio!), en definitiva no nos va a faltar oportunidad de verlos, leerlos o escucharlos.
La decisión es nuestra, es personal, no tenemos excusa, ni en aquellos casos en los que nos dieron un “carguito”, un terreno, “un jornal solidario que casualmente” cae en el militante, porque ahí adentro, en el mano a mano con la urna nadie nos puede intimidar.
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