sábado 23 de noviembre, 2024
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Los perros de Armando: El fenómeno alimento balanceado

Armando Guglielmone
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Armando Guglielmone

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Sol

Armando Guglielmone Instructor canino –
educador etólogo Venta de ovejeros
alemanes de pedigrí Contacto y /o sugerencias : 098 539 682
Actualmente, quién tiene una mascota, a la hora de comer seguramente le dé alimento balanceado, ración, sea perro o gato, lo más probable es que lo alimente con esto. Es que ahora es de lo más normal, frecuentemente se puede ver por la ciudad pizarrones fuera de pequeños almacenes o kioscos que publicitan: “leche, pan, comida perro, gato”, que dan a entender que hay alimento para estas mascotas.
Es que es más probable no conseguir leche descremada o refrescos sin azúcar que ración para mascotas, casi todo el mundo va a hacer uso de ellas, desde el que compra fraccionada a pesos hasta el que compra la bolsa más cara del mercado.
Esto no es malo ni bueno, solo pasa, estos alimentos nos han facilitado la vida y a nuestras mascotas en parte, también. Digo en parte pues hay muchos estudios que demuestran que varios de los ingredientes utilizados en su elaboración no propenden precisamente a brindarle salud a nuestros compañeros a largo plazo.
Hay estabilizantes, saborizantes y colorantes prohibidos en el uso de la alimentación humana pero que son permitidos en la elaboración de estos alimentos. Esta es una de las causas por las cuales se sospecha que el gran aumento en enfermedades como el cáncer en los perros, principalmente, sea debido a estas. Pero es indudable que la popularización de esta manera de alimentar es muestra del gran éxito que ha tenido, pero no siempre fue así. Recuerdo que en los años ochenta era toda una novedad para los que andábamos con perros a cuesta, traer de Concordia, Dogui o Bacán, no había otra, eran las únicas marcas que conseguías fácilmente.
Si sería raro que pasar con ellas hacia nuestra ciudad pasaba cuasi desapercibido en la frontera, era más visto como un esnobismo que como una contravención, es que ni siquiera te prohibían su trasiego de raro que era. Luego ya en los noventa comenzó a hacerse más común en las veterinarias, había para todos los gustos, algunas marcas nacionales y varias más importadas.
Después, cuando la crisis del 2002, se encareció la importación de estos alimentos y fue la oportunidad de las nacionales, acá sí que apareció de todo; recuerdo que una empresa de alimentos local fabricó un embutido tipo mortadela muy barato, pero que enfermó a casi todo perro que lo comió, tiempos duros. Y así llegamos a hoy, con una competencia feroz, aunque no parezca. Es que el problema es que hay más oferta que demanda, casi de manera continua aparecen marcas nuevas y como no, locales que venden.
En Uruguay se calcula que hay tres perros cada diez habitantes, eso nos daría que en Salto habría entre treinta y cuarenta mil perros, que al igual que la población humana será estable por muchísimo tiempo pues nuestra tasa de crecimiento es casi nula. Tenemos una competencia constante en todo lo comercial ya que hay más comercios y productos que los que la población necesita, regularmente abren locales destinados a la venta de alimentos balanceados, y también cierran, es que somos siempre los mismos los que compramos, no hay ni va a ver más.
La mayoría hacen uso de su veterinaria de confianza para comprarlo ya que al haber respaldo de un profesional veterinario debería ser sinónimo de garantía. Pero nada prohíbe hacerlo en un petshop, procuremos eso sí, no manejarnos solo por el precio, la calidad del producto no está, en este caso supeditada a eso.
Hay raciones nacionales de mejor calidad y más baratas que varias importadas de marcas conocidas, solo hay que buscar asesoramiento sincero. Recuerdo una vez recomendarle a una cliente, que me consultó sobre qué alimento podría darles a sus cachorros, una marca nacional que uso y da excelentes resultados.
Esta fue a su veterinaria y quien la atendió le dijo que le parecía raro que quisiera esa marca, ya que les provocaba diarrea a todos los perros. El problema era que ahí no la vendían, entonces mejor, la ensucio, en fin.