La izquierda cretina
Por Gustavo Varela
“Erase una vez un reino, cuyo rey se caracterizaba por su mal carácter, era tal su ira cuando se le contradecía, que sus consejeros no osaban nunca quitarle la razón, por miedo no ya a perder su puesto, sino la misma cabeza”.
Así comienza “El traje nuevo del emperador”, más conocido como “El rey desnudo”, cuento escrito por Hans Christian Andersen y publicado en 1837. La historia es una fábula con un mensaje de advertencia: “No debemos creer que algo es verdad sólo porque muchos lo dicen y no hay que dejarse llevar por lo que todos hacen. Se trata de ser valientes y honestos”.
Cuenta la historia que un monarca que se preocupaba mucho por su vestuario, un día oyó que un par de artesanos podían fabricarle la tela más suave que pudiera imaginar, pero, además, con la sugestiva propiedad de que era invisible para los tontos o incapaces. Una vez que le anunciaran que estaba terminado (y sin querer admitir que no veía nada), el rey se puso el inexistente atuendo confeccionado con la tela para participar en un desfile y se paseó delante de todos en ropa interior hasta que un chico exclamó: “¡Pero si el rey está desnudo!”.
Al igual que los personajes del cuento, la izquierda latinoamericana, ha estafado a todos, creando relatos de avances en los derechos de las personas, encomendándoles a determinados “colectivos”, a gritar, escrachar y descalificar a quien osara contradecirlos como una manera de instalar en la mente de las personas la creencia que los buenos están de un lado (que son ellos) y los malos están del otro.
Esto viene a cuento de sucesos ocurridos en estos últimos días, como ser la elección en Venezuela, donde Maduro hizo creer a todo el mundo que iba a haber elecciones libres, pero bastó que los resultados le fueren adversos, para que falseara todo, y las actas, que acreditan la verdad, no han aparecido hasta el día de hoy, y no van a aparecer nunca.
Pero fundamentalmente lo escribo por lo sucedido con el expresidente argentino Alberto Fernández, quien durante años, él y sus cómplices batieron parche de las políticas de género aplicadas y por la creación de ministerios de la mujer con el objetivo de terminar con el patriarcado, y resultó todo una parodia, cuya esposa no se pudo cuidar de él, pues la agredía permanentemente.
O sea, decían vestirse con trajes importantes, que no existían, mientras tanto, intentaban convencer al pueblo de esas mentiras, con el accionar de colectivos, en este caso de “muñecas verdes”, presionando, agrediendo, y defenestrando a todo aquel que osara pensar distinto.
En Salto, el Intendente fantasma que tenemos, quiso hacernos creer de cosas similares, por ejemplo, cuando colocó una pariente a dedo, pagándole con el dinero del pueblo, y lo comparó con una obra de ingeniería (“puentecito” dijo), como minimizando el tema.
Hay miles de ejemplos más para poder brindar. Lo hicieron con las políticas de derechos, energéticas, económicas, sociales, y muchas más.
Se ha denunciado permanentemente estas prácticas, y durante años, quienes así lo hicieron padecieron muchísimos sinsabores.- Pero eso ha cambiado y la gente ya no cree en “los relatos”, pues no coinciden con los hechos.- Esto es como la prueba del nueve, si no da el resultado es porque está mal la cuenta.
Por eso, cada vez más, como el niño del cuento de Andersen, aparece más evidencia que grita bien fuerte “El rey está desnudo” mostrando las inconsistencias de las mentiras.-
El concepto es: “no te tragues la pastilla” cuando te hablan de los derechos, de los buenos, de los malos, y de toda la fanfarria inventada.
Pensá por ejemplo en esa pobre señora del presidente argentino, que teniendo un ministerio para proteger a ella, a las de su género y miles de personas que gritaban y acosaban a quienes no actuaban como ellos, supuestamente querían, aun así, su “protector y el sistema” la castigaban permanentemente.