Armando Guglielmone Instructor canino –
educador etólogo Venta de ovejeros
alemanes de pedigrí Contacto y /o sugerencias : 098 539 682
Ser solitario no es lo mismo que ser antisocial, el antisocial es el que no soporta a las personas en general, el solitario no tiene nada en contra de estas, pero prefiere estar solo. Los perros, a diferencia de los gatos, son sociales por naturaleza, gustan de la compañía, se sienten más tranquilos y seguros, en la mayoría de los casos, claro.
Cuando nos acostumbramos a estar con ellos nos sentimos acompañados, protegidos o protectores dependiendo del perro y, sobre todo, queridos. Mi trabajo es mayormente solitario si tomamos como premisa que estar acompañados es estar rodeado de personas, pero si tomamos en cuenta la calidad de la compañía estar con perros resulta para nada solitario. A diario, cuando llego en busca de ellos, siempre me reciben de la misma manera, felices. Si así no fuera de seguro están enfermos, pero aun así seguro nos moverán la cola en señal de afecto, es que no hay perro creo que se despierte de mal humor, tal vez sea que su preocupación mayor es tenernos cerca para sentirse completos. Por las mañanas, al sonar la alarma para despertarme, siempre aparece algunos de mis perros a saludarme o mientras se desperezan me miran moviendo el rabo de manera intensa. Si lo pensamos bien, ¿cuántos personas pueden decir que al comenzar la jornada las demás personas los saludan como si hiciera mucho tiempo que no se ven? Pues los perros lo hacen, no hay obligación de por medio, solo afecto real y demostrativo.
Frecuentemente los propietarios me dicen que sabían que yo había llegado por su perro pues aún antes de llamar a la puerta el perro ya estaba parado mirando hacia ella meta mover el rabo. Siempre les digo, mejor así que de otra manera, si habrá perros que cuando llegan por ellos a buscarlos corren a esconderse, es que como dice el dicho, mejor gestos que palabras.
Cuando veo personas que estando con sus perros van más atento a sus celulares que a él me doy cuenta que no saben interpretar el lenguaje canino, sería excusable en el caso de sus propietarios, pero ver personas que dicen trabajar con los perros hacer esto casi de forma constante es muestra de desconocimiento y de no saber aprovechar la oportunidad de aprender a comunicarse con el perro. Aprendamos a disfrutar cada vez que tengamos la posibilidad de compartir momentos con nuestros perros, tienen la capacidad de estabilizarnos emocionalmente e incluso de hacer que hagamos nuevas amistades, ya que es frecuente que alguien se acerque interesado por el perro ya que también gusta de ellos. Incluso hace que muchas personas nos den un gesto de aprobación al vernos con uno, que nos hace sentir buenas personas, dándonos gracias a su compañía, una caricia al alma.
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