Por Gustavo Varela
Si hay algo que quedó estampado en el ADN de muchos frenteamplistas es el desdén por las normas jurídicas, amparados en aquella máxima expresada por el ex presidente Mujica de que “lo político está por encima de lo jurídico”.
Recordamos, que bajo la presidencia de Mujica y resaltado por él mismo ordenó a todos sus directores en las empresas públicas, que gastaran todo lo que quisieran, sin detenerse en las formalidades de las normas jurídicas, pues para eso había soluciones morales, no reparando en las condiciones legales.
Casi que se sentían inimputables.
Y así ocurrió lo que ocurrió.
Hasta se compraban colchones y calzoncillos con las tarjetas corporativas.
Eso ya es viaja historia.
El día miércoles, la candidata a la vicepresidencia del Frente Amplio, Carolina Cosse, expresó en rueda de prensa, que de salir victorioso el plebiscito sobre los allanamientos nocturnos, “un eventual gobierno de la coalición de izquierda debería analizar no utilizarlos por el «enorme riesgo» que representan”, dejando sin ningún rubor, totalmente descolocado, inclusive al ambiguo candidato a la presidencia del FA Yamandú Orsi, que tuvo que salir corriendo a tratar de sofocar el fuego encendido por la virulenta candidata.
Fue un poema ver la cara de Orsi, expresando que no podía dejar de aceptar las normas constitucionales en un virtual gobierno de izquierda, de darse dicho supuesto.
Eso sí, para no torearla mucho a su compañera de fórmula, expresó que él estaba en contra de la reforma, aunque a favor de una norma interpretativa, para poder brindarle dicha herramienta a la policía, en una especie de trabalenguas tal, que deja en duda si apoya o no la herramienta de los allanamientos nocturnos.
Asombra saber por su propia boca, que quien puede fungir como vicepresidenta en caso de ganar dicha fórmula, pueda negar tan suelta de cuerpo, la voluntad popular.
Si ella es vicepresidente, ¿le va a ordenar a los jueces y fiscales que no pueden utilizar las leyes que intentan defender a la población de los delincuentes?
En cualquier lugar del mundo eso se llama abuso de poder y quien lo realiza, puede y debe llamársele gobierno dictatorial.
Pero más sorprende la falta de personalidad del candidato a la presidencia, que temiendo que su compañera de fórmula se enoje, expresa que está en contra del plebiscito, pero si es por ley interpretativa él está de acuerdo.
¿Está a favor o en contra?
¿Su compañera de fórmula va a desconocer la voluntad popular?
¿Si la norma jurídica es confirmada por el pueblo, no la van a aplicar?
Realmente hay más dudas que certezas, bajo las palabras de la candidata, y una profunda indecisión en las del maleable candidato a la presidencia del FA.
