Por Pablo Perna
“Salto y Paysandú son dos capitales departamentales con perfiles distintos, a pesar de su cercanía. La primera capital con tradición colorada y en general de nivel socioeconómico más alto que Paysandú… Salto tiene una fuerte clase media alta. Hay ocho colegios privados y circulan unos 90.000 vehículos. El club Remeros es uno de los más grandes de Uruguay. Paysandú, en cambio tiene un perfil más obrero, es un perfil con historia industrial: basta recordar a la Norteña y las textiles de Paycueros y Paylana. De hecho hay un barrio obrero en tono a donde estaban esas fábricas. Pero Paysandú es un departamento históricamente blanco”. Esto fueron las descripciones de la portada y nota editorial principal del Diario “El País” del domingo pasado, donde titulaban: “Paysandú y Salto, claves en definiciones del balotaje”. Esta es una visión falsa y parcializada.
Utilizando la razón nadie en su sano juicio podía concebir que perdiéramos las elecciones el último domingo de noviembre, cuando el Presidente Lacalle Pou tenía un 50 % de aprobación de su gestión, ha existido un mejoramiento en los índices económica, ejemplo a nivel mundial del manejo de la pandemia, aumento del empleo que fue acompañado con la no existieron de paros nacionales o huelgas relevantes, disminución de la delincuencia y muchos otros indicadores positivos, por lo que el haber ganado en octubre por más de 90 mil votos al Frente Amplio nos alentaban a ganar en noviembre. Todas esas ilusiones se vinieron al piso por lo que desde la capital y los medios de comunicación masivos e identificados con el Partido Nacional en lugar de echarles las culpas a sus principales responsables en la capital, comienzan a culpar al interior del país.
La Coalición de Gobierno perdió en los 19 departamentos del país y por un total de 95.602 votos, y tan solo entre Montevideo y Canelones el Frente Amplio creció 56.565 y los votos restantes se distribuyeron en los 17 departamentos. El Partido Nacional tenía el BPS, MIDES y Cabildo Abierto el Ministerio de Vivienda para penetrar y haber implementado políticas sociales en los barrios más vulnerables de la Capital, pero no lo hicieron, no trabajaron y si lo hicieron a favor de los más vulnerables no se ha notado. En las localidades más populares de Montevideo el Frente Amplio ha arrasado, en 60 barrios capitalinos han ganado en 51 y las cifras son más que elocuentes, a modo de ejemplo en Casabó el 76 % voto a Orsi y un 24 % a Delgado; Nuevo Paris fue 73.3 % a 25.3 %; La Teja 69 % a 31 %; Malvín Norte 68.5 % a 31.5 %; Sayago 66.1 % a 33.9 %; Villa España 65 % a 35 %; Peñarol 62 % a 38 %; Ciudad Vieja 60.6 % a 39.4 %; Cerrito 59.8 % a 40.2 % y así en todos los barrios restantes.
La Coalición en los únicos barrios de Montevideo que han ganado con luz fueron insignificantemente en tres: Carrasco que voto un 25.3 % a Orsi y un 74.7 % a Delgado; Punta Carretas 35.5 % a 64.5 %; y en Pocitos 34.3 % a Orsi y 65.7 % a Delgado, en el resto de los 6 barrios la Coalición apenas gana con un margen que oscila entre un 1 a 5 %.
Hay que ser claros, la coalición de Gobierno en la capital han sido una vergüenza con mayúscula y el sostener que existe una guerra cultural o que hay barrios populares que son impenetrables teniendo el Poder Ejecutivo en sus manos, o que se voto menos en el interior, no es justificativo; no busquen culpables afuera de la Capital, en virtud que los únicos responsables de la derrota del Gobierno de Lacalla Pou viven y se mueven entre Pasitos, Punta Carretas o Carrasco.
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