martes 4 de marzo, 2025
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Latidos

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¿»EL CALOR» O «LA CALOR»?

Desde tiempos inmemoriales, la lengua española ha sido escenario de debates apasionantes, y uno de los más recurrentes es, sin duda, la cuestión del género gramatical de la palabra «calor». ¿Es correcto decir «el calor» o «la calor»? ¿Existe una diferencia sutil en su significado según el género que le asignemos?
La Real Academia Española (RAE) zanja la discusión: «calor» es un sustantivo masculino. Por lo tanto, la forma correcta es «el calor». Sin embargo, la historia de esta palabra es mucho más rica y compleja de lo que parece a simple vista.
En el español antiguo, «calor» era un sustantivo femenino. De ahí que aún hoy, en algunas regiones de España y América Latina, se conserve la forma «la calor». Esta variación dialectal, aunque no aceptada por la norma culta, es un testimonio vivo de la evolución del idioma y de la influencia de las costumbres locales.
MÁS ALLÁ DE LA NORMA
Si bien la RAE establece que «el calor» es la forma correcta, el uso de «la calor» no carece de justificación para algunos. La controversia sobre el género de «calor» ha trascendido el ámbito académico y se ha instalado en la cultura popular. En ámbitos feministas y de género se comete frecuentemente la aberración de a todo lo que termina en masculino también nombrarlo en femenino. Pero eso ya es otra historia.

CRUCE EN REDES SOCIALES
Sólo por esta vez, en esta sección, entramos en un comentario político, ya que no es de esta sección la especie, esto les corresponde a los colegas de la sección Diálogos que se publica los lunes. En Diálogos es frecuente que los escribientes hagan mención a la hipocresía de muchos políticos y el tema que sigue a eso se refiere.
La reciente asunción del presidente Yamandú Orsi y la salida de Luis Lacalle Pou han generado una ola de controversia en el ámbito político. Los abucheos al mandatario saliente durante la ceremonia desataron fuertes reacciones en redes sociales.
Dos figuras del Partido Independiente expresaron públicamente su rechazo a estos actos, lo que provocó la respuesta de un político salteño, conocido por su ir y venir en diversos partidos, incluso con un algún cargo como beneficio. Este último, cuya identidad mantenemos en reserva, acusó a los dirigentes del Partido Independiente de buscar beneficios políticos con sus posturas.
«Los dos haciendo deberes. Por ahí recogen algo en el reparto», escribió el político salteño en la red social X, generando un debate sobre la ética y la transparencia en la política.
Como reza el dicho, «…el que esté libre de pecado que tire la primera piedra».
BASURALES EXIGEN ACCIÓN

La postal se repite en los márgenes de la ciudad: basurales a cielo abierto, residuos domésticos arrojados sin control, una muestra de la irresponsabilidad de algunos ciudadanos que ensucian el entorno y perjudican a toda la comunidad.
La situación ha escalado a tal punto que los vecinos, hartos de la inacción, han recurrido a las denuncias policiales. Un lector de CAMBIO relató que la esperanza es identificar a los responsables y exponer su conducta inapropiada, una actitud que no solo denota falta de compromiso con el cuidado del medio ambiente, sino también una deshonestidad que afecta la calidad de vida de todos.
DENUNCIAS ANÓNIMAS
Ante la persistencia del problema, las denuncias anónimas se presentan como una alternativa para romper el círculo vicioso de la impunidad. Esta herramienta permite a los ciudadanos alertar a las autoridades sobre los basurales clandestinos sin temor a represalias, facilitando la identificación de los infractores y la aplicación de las sanciones correspondientes.
Es hora de tomar conciencia de que el cuidado del medio ambiente es responsabilidad de todos. No podemos permitir que la irresponsabilidad de unos pocos ensucie nuestra ciudad y ponga en riesgo nuestra salud. Las denuncias anónimas son un paso importante para construir una comunidad más limpia y comprometida con el futuro.
CUCARACHA EN LA COMIDA
Un trabajador nocturno se llevó una desagradable sorpresa al encontrar una cucaracha en su cena, una bandeja de fiambre de cordero adquirida en una rotisería que opera dentro de un súper céntrico de la ciudad. El hombre, cuyo apetito se había despertado durante su jornada laboral, optó por la conveniencia del local cercano, sin imaginar el hallazgo que le aguardaba.
El incidente, además del desagrado y asco, le generó preocupación, cuestionando los estándares de higiene en el establecimiento gastronómico. La presencia de una cucaracha en un alimento listo para consumir plantea serias dudas sobre los controles de calidad y las prácticas de manipulación de alimentos en la rotisería.

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