Por Carlos Arredondo
El 13 de marzo pasado se cumplieron 5 años del comienzo de lo que, para muchos, dentro de los que me incluyo, fue el período más negro que debió padecer nuestro país en toda su historia. El presidente de la época, Luis Lacalle Pou, rodeado de todos sus ministros, declaraba la emergencia sanitaria nacional, y con ella el recorte de libertades, encierros, manipulación, coacción, censuras, aumento de enfermedades graves y la muerte “sin explicación” de más de 15.000 compatriotas, por encima del promedio histórico.
A partir de aquel 13 de marzo, los medios de comunicación, pieza clave del aparato que llevó adelante todo aquello, pasaban 24 horas, los 7 días de la semana, sembrando miedo, creando una paranoia casi enfermiza, que además de dividir familias, aislar viejitos, separar matrimonios, de pérdidas de trabajo y poner en jaque la economía nacional, conducía a que la ciudadanía rogara por recibir la vacuna contra el COVID.
Y así pasaron todo el 2020 hasta que, en 2021, cuando las vacunas llegaron, solo unos pocos no corrieron a ponérsela; la inmensa mayoría cayó en la trampa. Lo que vino es historia archi-conocida.
Este año, al conmemorarse 5 años del comienzo de aquel negro período, casi todos los medios de comunicación funcionales al relato hicieron su trabajo, como no podía ser de otra manera, en complicidad con quienes fueron parte de la instauración del miedo.
“Científicos”, médicos, autoridades de la época y – como no- periodistas, recordaron aquellos tiempos, de la misma manera que a finales de los 80´s los militares recordaban la dictadura (Para ellos no había nada que objetar. Todo lo hecho fue intachable ¿Te acordás?… Bueno, así).
Lo cierto es que no todos los médicos recuerdan aquel período como un tiempo a tener en el mejor de los recuerdos, pero tal como ya les pasó a otros, su voz es desestimada, e ignorada. Casi abroquelados – los medios- para evitar que vos te enteres de cosas que te muestran las incongruencias del relato – como hacían los medios a principios de los 80 ´s, los silencian.
Uno de esos médicos – no el único, por suerte – es el Traumatólogo José Ernesto Artigas, que con su formación a cuestas llega a conclusiones bien diferentes a sus colegas pro relato (motivo por el cual su voz y visión, no es tenida en cuenta por ningún medio, salvo por quienes pensamos que este tipo de opiniones, por censuradas, también deben estar al alcance de las personas).
Para él una investigación profunda de todo lo actuado en aquel tiempo se hace urgente, y lamenta que la comisión pre investigadora propuesta por la diputada Nicolle Salle, haya impedido que nuestro parlamento investigue (Por cierto: Hoy martes 8 de abril, el plenario de la cámara de diputados, a partir de las 16 hs., debatirá sobre el asunto y allí quedarán expuestos los argumentos de unos y otros).
En un artículo titulado “Medicina Basada en la Obediencia, el paradigma del miedo”, Artigas reflexiona sobre qué: “por más que el poder político y la prensa piensen lo contrario, en algún momento habrá que enfrentar el problema que nos dejó la pandemia, por doloroso que resulte, es de adultos -responsables- sentarse a hablar exhaustivamente del tema. Es incómodo, no lo niego, pero es lo correcto”.
En otro artículo, titulado: “Crónica de 15214 muertes anunciadas”, el médico recuerda la aparición del libro “los Papeles de Pfizer; “donde queda demostrado “que tanto Pfizer como la agencia reguladora del gobierno conocían que sus productos no sólo no prevenían la transmisión, sino que además referían pérdida de la eficacia o COVID como efecto secundario. Se sabía también que las vacunas producían lesión cardíaca en individuos jóvenes, alteraciones en el ciclo menstrual y en el embarazo, trastornos neurológicos varios, Parkinson, Alzheimer, ACV’s, enfermedades autoinmunes, entre muchos otros…”
Hoy se expondrán en sala, en la cámara de diputados, los argumentos de quienes piden que se investigue todo lo hecho en aquel período, y quienes que todo quede oculto y en el olvido -como lo pedían los defensores de la dictadura: Igualito.
Columnistas