martes 22 de abril, 2025
  • 8 am

Cuestión de prioridades

Carlos Arredondo
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Carlos Arredondo

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Edicto Matrimonio

Por Carlos Arredondo
La Semana de Turismo que pasó no fue una más, pues trajo consigo la confirmación que padecemos una involución social donde los valores, principios y hasta la propia vida humana, ya no están donde debieran estar. Han descendido varios lugares en nuestra escala de prioridades.
Tan grande es nuestra apatía que no advertimos que el mundo se nos va poniendo en contra y por tanto ni nos inmutamos.
La vida que llevamos nos mantiene fuera del juego, indiferentes, ausentes de todo lo que ocurre con nuestra vida social, y la de los nuestros ¡Y miren que pasan cosas! Y son cosas que, de acuerdo a valores y principios históricos, deberían revelarnos, o por lo menos dolernos. Y nosotros ausentes, apáticos, insensibles a la vida real.
¿A qué viene tanta cháchara? Me explico: luego de 3 días intentando justificar que por falta de plata no había pagado unos impuestos, el viernes de la Semana de Turismo, a la mañana, la ahora ex ministra de Vivienda, Cecilia Cairo, presentó su renuncia al cargo.
Con todo el respaldo de su sector político, que es el mismo del presidente de la República. Con la máxima autoridad partidaria tratando que creamos que el asunto era un temita de morondanga que se arreglaba pagando, y todo el cuerpo dirigencial de la fuerza política proclive a hacernos pensar que estábamos ante una “huevada” de poca monta, la ministra se vio obligada a renunciar.
¿Y cómo es posible esto? Simple: porque la opinión pública no aceptó el “error”. Para nosotros no fue ninguna huevada, y se lo hicimos saber. Y le torcimos el brazo a toda la dirigencia de turno en el poder.
Así funciona el poder, así quiere seguir funcionando -por eso cuanto más distraído estamos, mejor para ellos-; Cuando nos avivamos le movemos la estantería.
Lo cierto es que una semana antes, el 8 de abril, desde las 4 de la tarde hasta la 01.30 del día miércoles, la cámara de diputados llevó adelante un debate para definir si se creaba una comisión investigadora para analizar todo lo hecho durante la pandemia y sus consecuencias posteriores. Pero gracias a los “buenos” oficios de Multicolores y Frenteamplistas; La formación de la comisión se dejó sin efecto.
Permítanme recordarles que para sustentar su pedido la diputada que propuso la formación de esta comisión, Dra. Nicolle Salle (IS) presentó un documento de Word con 78 páginas, de las que 74 corresponden a los fundamentos de su solicitud. Otro documento en .pdf de 103 páginas con 1011 enlaces a documentación científica -calificada de altísimo nivel- que expone científicamente los errores garrafales -muchos de suma gravedad- de la mayoría de las acciones del Gobierno de la época, y el libro “Los Papeles de Pfizer” (que resume más de 450.000 páginas de documentos internos de la farmacéutica, donde sus funcionarios y directivos reconocen el daño que sus vacunas ocasionan en las personas). A este asunto me referí el pasado 25 de marzo en esta misma columna.
La intención era echar luz sobre los motivos que llevaron a la muerte a 15.214 personas (por encima del promedio) a partir de la vacunación COVID, y analizar los efectos de esas vacunas en quienes aún estamos con vida. Pero a pesar del cúmulo de evidencia científica que respaldaba la solicitud de la diputada proponente, Frenteamplistas y Multicolores prefirieron la oscuridad, que nada se aclare… Y por algo será.
Pero ¿Cómo es posible que este asunto haya quedado tapado, si estamos hablando de seres queridos nuestros, muertos, muy probablemente, a consecuencia de haberse inyectado aquel experimento? Simple: Estábamos tan distraídos en otras cuestiones que ni bola le dimos al asunto. El poder de turno, ahora con sus aliados, tuvo la cancha libre para tapar sus chanchullos.
Es que, al fin de cuentas a nosotros, como sociedad, -y mal que nos pese-nos importa más unos pesos que no entraron en la caja del Estado, que la vida de nuestros seres queridos.
Por eso comencé esta nota diciendo: “que asistimos a una involución social donde los valores, principios y hasta la propia vida humana, ya no están donde debieran estar, han descendido varios lugares en nuestra escala de prioridades”.