lunes 2 de diciembre, 2024
  • 8 am

Es más rentable dejar de vacunar contra la aftosa pero se deben mejorar los controles en las fronteras

El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y el Instituto Nacional de Carnes (INAC), solicitaron a una firma independiente la realización de un análisis de las implicancias económicas, técnicas y de riesgo, de retirar la vacuna contra la fiebre aftosa en Uruguay.
En la jornada de ayer se presentó una evaluación de dicho trabajo, en el Rubino, donde se analizó cuatro estrategías de control contra la enfermedad. De acuerdo al documento al cual accede CAMBIO, se establece que actualmente el país destina US$ 36,9 millones en la estrategia de vacunación del rodeo vacuno, entre los costos del sector privado y publico, donde la mitad de los mismos son atribuibles a la vacunación contra la aftosa.
Para este equipo de trabajo, la estrategia de retirar la vacunacion en el país reduciría a US$ 18,8 millones los costos, sin embargo crecería el riesgo de reintroducción, exposición y diseminación de la enfermedad.
Por lo cual también se analizó una estrategía intermedia, sin vacunación pero con una mejora en el sistema de vigilancia, elaborada por el MGAP. Esta estrategia fortalecería componentes de bioseguridad, vigilancia y gestión sanitaria. Esta estrategia generaría un costo anual de US$ 30,2 millones y generaría ahorro en comparación con la estrategia actual. Esta estrategía también reduciría los riesgos del reingreso de la enfermedad.
También se analizó una estrategía donde se mantiene la vacunación y se mejora el control, es decir una vacunación mejorada. El desarrollar está estrategia incrementará el costo anual del programa a US$ 44,7 millones. Si bien se reduce el riesgo de reingreso de la enfermedad, es muy similar al de la estrategia sin vacunación mejorada.
Es sabido que la respuesta ante un evento de Fiebre Aftosa, sea de brotes en países vecinos o dentro de Uruguay, podría ser diferente en las estrategias con vacunación mejorada y sin vacunación mejorada. Los costos para responder a brotes de países vecinos serían menores en la estrategia sin vacunación mejorada pero más altos frente a brotes que ocurrieran dentro de Uruguay.
Sin embargo, a diferencia de nuestros países vecinos, en el análisis de mercados, si Uruguay cambia su estrategia a una política sin vacunación y mantiene su estatus de libre, podrá incrementar sus ingresos por comercio de carne y productos de origen animal. Sin embargo estas oportunidades no son tan amplias y probablemente generarían modestas ganancias. vía ingresos por exportación.
El análisis costo beneficio se focalizó en el Valor Presente Neto (VPN), en razón que ninguno de los cambios analizados generaron una consistente Tasa Interna de Retorno o Relación Beneficio/Costo. Lo anterior debido a que las estrategias sin vacunación no requirieron inversión adicional y por lo tanto nunca tuvieron flujo negativo neto.
La estrategia con vacunación mejorada siempre generó flujo negativo neto.
El VPN más alto se encontró en la estrategia sin vacunación, seguido del de la estrategia sin vacunación mejorada debido a la combinación entre los ahorros en costos y los ingresos adicionales por las oportunidades de mercado, en contexto de bajo riesgo de presentación de Fiebre Aftosa.
La estrategia con vacunación mejorada generó VPN negativo.
Los resultados reflejan que el incremento de recursos frente una enfermedad que está ausente y que tiene muy bajo riesgo de introducción, exposición y diseminación no corresponde a una óptima decisión económica. Igualmente se demostró que con el riesgo estimado actual de Fiebre Aftosa, una nueva estrategia sin vacunación es potencialmente rentable para el Uruguay.
Este análisis toma en cuenta los costos ahorrados por el cambio de estrategia y las oportunidades adicionales que ofrece el Mercado. Igualmente, el análisis tiene en cuenta los riesgos de introducción y difusión de la enfermedad.
La única área no incorporada corresponde a los beneficios que se generarían como resultado de la reasignación de aquellos recursos ahorrados del control actual de la Fiebre Aftosa en otros problemas sanitarios de relevancia para el sector productivo.