Por Karina De Mattos.
El coronavirus se instaló en Uruguay y el gobierno sigue las recomendaciones internacionales sobre el abordaje de esta temática. La estrategia recae en disminuir el riesgo de contagio, y se conoce como “aplanar la curva”, la idea es no saturar el sistema sanitario y no desbordar de forma drástica en ningún aspecto de la vida del país. El aislamiento social, la cuarentena recomendada realiza cambios en la cotidianidad de las y los uruguayos. La pregunta que debe hacerse el gobierno luego de atender los temas primarios es cómo afectará a las minorías esta crisis. Y sobretodo con perspectiva de género cómo impactan estos cambios propuestos en la vida cotidiana de hombres, mujeres y disidencias de género.
MOVILIZADAS
Desde las redes sociales son muchas las mujeres que están pidiendo ayuda por encontrarse en situación de tener que compartir espacios durante cuarentena con sus violentadores, abusadores, agresores, violadores. Los últimos cuatro femicidios se cometieron en la última semana, en la emergencia sanitaria es tarea del gobierno también velar por las mujeres que tienen que atravesar otras situaciones en medio del aislamiento social.
Desde el colectivo activista y de denuncia feminista de Salto denominado La Revuelta Subversiva, una de sus integrantes, Silvina Cayetano dijo a CAMBIO que reciben una enorme cantidad de pedidos de ayuda. “Nos desborda, en este momento nos llegan pedidos de ayuda de todo tipo. Sobretodo historias de abusadores, golpeadores, violadores. Además la crisis económica nos afecta primero a las mujeres, y las instituciones siguen sin dar respuestas. Ninguna de nosotras somos abogadas ni psicólogas y estamos atendiendo a estas mujeres que nos piden ayuda. Nos escriben de madrugada, contándonos tragedias. Nos repartimos entre las grandes e intentamos acompañar”.
La mayoría de las denuncias que llegan ya tienen denuncias previas, mujeres que ya pasaron por la Unidad Especializada en Violencia Doméstica, de Inmujeres, Fiscalía y los Juzgados, sin recibir una respuestas y en muchos casos han recibido violencia institucional.
