viernes 26 de abril, 2024
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Gran detalle

Padre Martín Ponce de León
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Padre Martín Ponce de León

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Por el Padre Martín Ponce De León
En este tiempo donde la solidaridad se hace presente.
En este tiempo donde muchos piensan en los demás.
Hace unos días atrás me encontré con un gesto pleno de solidaridad.
Quizás, usted, dirá que es una tontera de mi parte y no merece gaste unos renglones en ello pero a mí me impactó y por ello intento un artículo con ello.
Todas las noches voy a darle de comer a mis “huéspedes”
Ellos son dos personas muy particulares dentro del folclore de la ciudad. Uno por sus muchos años en la calle y el otro por su vida dominada por el alcohol.
Para uno de ellos, con motivo del no pasar los chicos a la escuela, todos los días son domingo.
Pide para quedarse todo el día en casa porque, como es domingo, se “engata”
Sin ir más lejos, hace dos semanas atrás, la semana tuvo tres domingos.
Uno de ellos hace ocho años vive en casa y el otro va para su cuarto año.
A lo largo del tiempo he podido comprobar el hecho de que muchas veces sus miradas están puestas en ellos mismos. Tal vez, por ello, me llamó tanto la atención lo de esa noche.
Fui a darles de comer y me encuentro con que uno de ellos dormía desparramado sobre un sillón. Dormía profundamente pues así lo indicaba el gesto de su cuerpo cuando se duerme de verdad y en profundidad.
El otro miraba el informativo de uno de los canales de la capital.
Hasta aquí nada podía llamar la atención. Pero no era posible no tomar conciencia del silencio que reinaba en aquella habitación.
Me acerco un poco más hasta el segundo y observo lo que mira con tanta atención y no logro escuchar palabra alguna.
“¿Estás mirando el informativo sin escuchar?”
“Bajé el volumen para no despertarlo”
“Mirá que cuando está tan dormido no escucha nada. Subilo y escuchá algo por lo menos”
“¿Y si se despierta?”
“No, tranquilo que no se va a despertar por la tele”
Si hubiese sido un partido de fútbol o alguna de esas peleas que suele ver no me hubiese llamado la atención mirase sin escuchar. Pero ¿el informativo? sin volumen ha de ser muy complicado de seguir literalmente.
Pero prefería ver sin escuchar las noticias que permitir que su colega se despertase.
Sin duda que sabe lo que es tener sueño y no poder dormir profundamente en sus largas noches pasadas en la calle.
Sin duda que sabe lo que es tener ganas de dormir y que algo o alguien te impidan hacerlo.
Sin duda que su solidaridad brotaba de su dura experiencia personal.
Inmediatamente pensé en la realidad actual donde la convivencia ha causado tantos roces y tantas tensiones.
He pensado en esas realidades donde los muchos ratos compartidos han permitido manifestaciones de saturación e intolerancia.
De quienes menos lo esperaba recibí una luz de esperanza para este tiempo. Es posible la convivencia y la solidaridad.
Es posible practicarla en las pequeñas cosas que hacen a una convivencia saludable.
Tal vez a muchos les cueste tal cosa porque nunca han tenido la oportunidad de ponerse en el lugar del otro.
No han de faltar aquellos que no logran vivir la solidaridad en la convivencia porque nunca han tenido la oportunidad de experimentar la necesidad de que alguien fuese solidario con su realidad.
Sin duda todos podemos tener algún pequeño gesto que ayude a que otro esté bien.