martes 23 de abril, 2024
  • 8 am

«Ser dirigente es devolver a la sociedad lo que ella en algún momento te dio»

Mientras sigue colaborando con el fútbol en una posición de asistente honorario en temas administrativos en la Liga Salteña de Fútbol, José Luis Pertusatti ha decidido abandonar su función dirigencial en Nacional Fútbol Club.
El club de sus amores le regaló muchas emociones y él contribuyó con su capacidad para llevar adelante a una de las instituciones más importantes del departamento, lo cual refleja en esta nota.
-¿Qué te llevó a tomar esta decisión?
-Son muchos años de trabajo y creo que llegó el momento de que los jóvenes asuman la conducción de la institución. Es importante darle espacio a la juventud, que viene con más fuerza. Ya era hora de dar un paso al costado, pero como directivo, no como colaborador ni como hincha.
-¿Los jóvenes están en mejores condiciones de comandar un club?
-Tienen una oportunidad distinta, estamos viviendo en un mundo distinto, prácticamente digitalizado, con otras herramientas. Pero como te digo, tienen otra fuerza. Yo cumplí un ciclo y con los compañeros de directiva estuvimos de acuerdo, ellos sabían desde hace tiempo que yo este año no iba a estar. Fueron 25 años, con algunos años de intermitencia, pero estuve firme y creo que ahora llegó el momento de disfrutarlo desde otro lado, más allá de que estoy muy en contacto con todos, muy metido, afín para lo que me necesiten.
-Seguramente recibas muchas consultas…
-Sí, para hacer algún trabajo también. Uno siempre está a la orden, por lo menos para dar una mano. Cuando estuve como dirigente muchas veces tuve que pedir una mano y hoy me toca a mí.
-¿Cerca de Nacional desde cuándo?
-Estuve en Nacional creo que desde que tenía doce años.
-¿No llegaste a vivir los títulos salteños de la década del 50?
-No, esa parte no viví.
-¿Cómo se vivió esa larga espera para festejar luego por partida doble con 2010 y 2015?
-Tuve que esperar mucho. Se genera mucha ansiedad, estuvimos muchas veces muy cerca, algunas finales que perdimos, algunas que más vale ni decir cómo las perdimos. Pero se trabajó mucho en busca del campeonato y se logró, además fue en un año muy especial porque fue en el que falleció Bruno Peña, entonces para nosotros era un año duro. Pero se superaron adversidades y logramos lo que creo que veníamos mereciendo desde hacía tiempo.
-¿Qué significa Nacional en tu vida?
-Es todo. Siempre lo dije, recuerdo decirlo en los cien años, que yo tenía tres hijos, que son mis gurises y Nacional. Capaz un escaloncito por debajo de ellos, pero es importante. Mi familia se crió ahí y es toda una vida ahí adentro, por eso digo, no podés no quererlo. Nacional me dio muchos amigos, que conservo, también permitió hacer un trabajo importante para la comunidad, porque el club no es sólo deporte, sólo fútbol y básquetbol, sino que hay trabajos con la escuela, con el liceo, con el jardín, con la comisión vecinal.
-Ser dirigente quita energías, quita tiempo con la familia, pero también da emociones. ¿Al pasar raya, vale la pena?
-Yo creo que vale la pena. Sobre todo cuando uno trabaja cómodo, por ejemplo cuando se apuesta a los jóvenes y se hace un trabajo social importante. Eso en realidad es devolverle a la sociedad lo que la sociedad en algún momento te dio. Porque es muy lindo el deporte, nos gusta el fútbol, el básquetbol, pero el club también implica otros aspectos que son muy importantes. En definitiva, vale la pena. Es cierto que también tenés que tener la comprensión de la familia, porque si ella no te comprende es muy complicado, pero si la familia te apoya es un esfuerzo que vale la pena.
-Es un lugar también muy criticado.
-Lamentablemente hoy escasean los dirigentes y abundan las críticas hacia los pocos dirigentes que hay. Fijate que en la Liga de Fútbol es palo y palo, porque hay, porque no hay, porque no se fijan los campeonatos. Hoy en día no se puede fijar nada porque esto de la pandemia ha cambiado todo.
-Más allá de la situación actual, el fútbol estaba siendo inviable. ¿Qué podría cambiar esa realidad?
-Mirá, yo creo que lo que la Liga está haciendo ahora es lo que hay que hacer, proyectar el fútbol hacia el futuro. Tenemos que preguntarnos qué liga y qué futbol queremos y después marcar los pasos para llegar. Hay que evaluar un montón de ítems, ponerse a laburar porque no se hace de un día para el otro. El fútbol es viable en cuanto nos animemos a realizar las transformaciones que son necesarias. Acá hay que meter el cuchillo a fondo, animarse.
-¿Por dónde pasarían esas transformaciones?
-Hay que ofrecer un buen espectáculo. En ese sentido, no se puede jugar un partido un miércoles a las 10 de la noche con dos grados bajo cero. El fútbol tiene que ser atractivo para los que lo juegan, para los que cubren la información y para la gente lógicamente, que es la que queremos que vuelva al estadio. Otra de las cosas que hay que hacer es planificar los campeonatos por un periodo largo; o sea, no podemos estar cambiando la forma de disputa todos los años. Puede suceder que situaciones de excepción te hagan acortar un campeonato, pero no debe ser lo habitual. Todo eso descontando que debe haber negociación con la televisión que pueda generar dinero. Todo eso implica trabajo, no sólo para los neutrales, para todos los clubes también.
-Hay dos posibles respuestas a esta pregunta: ¿Por qué te dicen Pinocho?
-¡Qué tema! Vos sabés que me pusieron ‘Pinocho’ cuando tenía dos o tres años. Yo era un palito vestido, muy flaco y la nariz me saltaba un poquito. Una tía me puso el sobrenombre y quedó. Lo tengo incorporado desde que me conozco.