lunes 25 de noviembre, 2024
  • 8 am

Mi padre quedó absuelto porque primó la verdad

Mi nombre es Florencia Acosta, soy estudiante de Facultad de Medicina e hija del ex Director de Coordinación Ejecutiva de la Jefatura de Policía de Salto Comisario Mayor Ángelo Acosta, me dirijo a ustedes ya que mi padre por su calidad de funcionario policial y jerarca se limita a poder expresarse libremente y me parece justo hacer honor a la verdad material de los hechos que ocupan a mi padre porque en definitiva es Justicia para quienes la gozan. Ustedes como grandes generadores de opinión tras la trascendencia de sus comentarios los cuales en pro del principio de la verdad deberían condecir -sin ánimos de ser reiterativos y primar la verdad. En estas líneas y más de entender que mis palabras no pueden ser tomadas en cuenta en virtud del vinculo sentimental que tengo con mi padre, pero se puede cotejar con las pruebas que surgen de las actuaciones policiales, del Juzgado de Familia y de Fiscalía de Salto. Determinar y expresar en cortas palabras que el Coordinador de la Jefatura de Policía de Salto es un violento, porque solamente tuvo una denuncia que en primera fase se encontraba en investigación no es más que ensuciar a una persona porque el aire es gratis. Todo lleva a que me presente a aclarar algunos puntos y solicitar que como expresaron falsedades también hoy tengan la valentía y coraje de retractarse. Primero: jamás hubo lesiones, nunca existió certificado médico que constatara algo que en la realidad nunca ocurrió, por ende en buena línea de pensamiento tampoco hubo una coordinación con médico forense alguno. Segundo: y tristemente es la realidad que día a día sufren las fuerzas policiales, así como a varios hombres a no denunciar ya sea por vergüenza o porque literalmente pierden todo, situaciones de violencia domestica que viven a diario. Esto lo afirmo con total prueba, es decir a caso alguno se puso a pensar un segundo porque los policías no denuncian, es simple la repuesta porque existen dos protocolos conocidos por la fuerzas y desconocidos por la población que son los Decretos 317, y el 111 del Ministerio del Interior. Uno más lapidario que otro que obliga a tanto mujeres como hombres policías a “aguantar”, y lamentablemente terminar siempre en el ocaso perdiendo todo. Tan lamentable es esto que en nuestra sociedad existen policías a quienes sus ex-parejas se les ha impuesto medidas cautelares para protegerlos y aun así el Ministerio del Interior los ha castigado aplicándoles estos protocolos, lo que en definitiva implica perdida de arma y con ello el preventivo que se percibe, imposibilidad de continuar en PADO y realizar servicios 222. Resultando en un perjuicio total de la carrera policial, en el caso de mi papá le costó que lo cesaran del cargo que ocupaba y peor aún que lo trasladaran lejos de su familia e hijos, actualmente al Departamento de Flores; lo cual causa un severo daño económico y emocional, siendo indispensable su salario para el mantenimiento básico de toda la familia. Es triste pero es real, excelente policías limitados por falacias de sus parejas como lo ha sido el caso de mi padre. La Justicia lo absolvió no porque fuera el Coordinador lo absolvió porque era una persona inocente y así surgía de las pruebas que se presentaron. Ella Una asistente social MIDES que trabaja con los sectores más vulnerables de nuestra sociedad era y aun sigue siendo la agresora verbal, psicológica y física de mi padre. Grabaciones en donde la misma usaba el más bajo vocabulario que se pueda imaginar, con amenaza de matar a nosotros sus hijos, a él y arruinarlo socialmente, con expresiones como “…te voy a destruir…” “…agradece que no tengo un arma sino te mato…” “….voy a matar a tus hijos…”, con llamadas y mensajes a todo horario del día, literalmente a todo, y teniendo como rehén a mi hermana mas chica que aun convive con ella y padece episodios de estos, ya que la misma cuando entablaba cualquier comunicación con mi padre exponía a mi hermanita a escucharlas y cuando no a participar. Pero claro, como se planteó al principio, la misma era una total víctima que luego de presentadas las pruebas- a las cuales mi padre nunca hubiera hecho uso sino fuera para defenderse por el gran respeto que le tiene a la mujer que es madre de su hija como de cualquier otra- hubiera quedado en el silencio total. El en este momento está con todas las potestades de efectuarle una denuncia por todo lo que ah sucedido y se dio vuelta todo porque primó la verdad. Mi padre quedó absuelto por Fiscalía y sobre todo Juzgado de Familia con buen criterio le expresó que bajara los decibeles. Actualmente reintegrado a la fuerzas porque es INOCENTE y así surge de todas las pruebas que cuenta la Justicia.
Florencia Acosta