lunes 7 de octubre, 2024
  • 8 am

Con nuestros niños y adolescentes NO. Parte II

Alexandra Ledesma
Por

Alexandra Ledesma

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Por Alexandra Ledesma
Lic. en Sociología y
Educadora Sexual
Dándole continuidad a la temática de la columna anterior, es momento de adentrarse un poco más en esta realidad que resulta tan abrumadora, y que nos envuelve de tristeza e impotencia. Hay datos, formas de comportamiento, tanto de las víctimas como de quienes cometen el abuso, características que nos permiten detectar los distintos tipos de abuso.
Es por ello justamente que debemos estar alerta, para poder reconocerlos y actuar. De acuerdo a diversa bibliografía, entre ella información aportada por SIPIAV, UNICEF, entre otros, se puede además de hacer una clasificación se puede acceder a los protocolos de acción ante estos casos.
En esta clasificación se entiende que los abusos pueden ser de tipo, sin contacto, con contacto o de tipo crimen organizado. Todos son repudiables, punto.
En cuanto al abuso sin contacto, puede tratarse de exhibicionismo, voyeurismo, miradas, acoso verbal, exposición a la visualización de pornografía.
El abuso con contacto se entiende cuando existe violación (vaginal, oral o anal), abuso sin penetración.
Como delito organizado se encuentra la explotación sexual y comercial, la trata, pornografía infantil.
Debemos tener muy presente que el abuso puede provenir tanto de fuera del núcleo familiar como ser el mismo intra familiar, y ni que hablar que está presente en todoslos estratos sociales, debemos quitar del medio la idea de que es una realidad que involucra únicamente a los estratos más vulnerables, es algo que nos atraviesa a todos como parte de esta sociedad. Lo que esto implica es una serie de desigualdades que abarcan desde la ausencia de libertad de elección, relación asimétrica de poder, un pacto de silencio
Al igual que no estrato social, que puede involucrar cualquier ámbito, sea extra o intra familiar, también se debe destacar que puede ocurrir a cualquier edad, y aun así la experiencia es igual de traumática, sumado al sentimiento de culpa y vergüenza que cubre a la víctima.
En cuanto a los indicadores, a eso que debemos estar atentos, se puede hacer una separación entre específicos e inespecíficos, y así como lo expresan estos términos, se entienden como esos que pueden ser incluso evidentes a simple vista como aquellos que pueden relacionarse más a lo emocional y comportamental. Los específicos, pueden ser el relato de la víctima, las marcas físicas, la dificultad para sentarse o caminar e incluso el embarazo.
Referente a los inespecíficos, se encuentra el miedo a ser tocado, enuresis, encopresis, el auto infringirse daño, aislamiento, ansiedad, angustia, llanto, comportamiento sexual inusual para su edad, cambios en el rendimiento educativo, dificultad para concentrarse, consumo de drogas, trastorno de sueños, agresividad o sumisión.
Es fundamental saber o por lo menos conocer mínimamente las formas de intervenir ya que no estamos exentos de encontrarnos con una situación así, o de vivirlo con una persona cercana.
Es necesario generar un espacio de escucha, confianza y contención sin invadir, sobre todo si los que están comprometidos con este proceso son instituciones que forman parte de la vida cotidiana de la víctima, educación o salud por ejemplo.
En estos casos, el trabajo interinstitucional es inevitable, hasta me animo a decir que es imposible actuar de forma aislada. El trabajo en red es fundamental para tomar decisiones en vías de una intervención integral y efectiva.
Es preciso contar a su vez para este proceso con un adulto referente protector con quien el menor se identifique y se sienta a salvo, también evitar la revictimización, ya que esto vulnera nuevamente a la víctima, y es justamente lo que queremos evitar.
Ni que hablar de la confidencialidad y a su vez manejar la información con responsabilidad, porque contar lo que nos han confiado debemos hacerlo, pero debe ser únicamente para buscar soluciones y confiando el relato a quienes deben saberlo.
Y siempre pero siempre mantener y transmitir calma, somos los que estamos recibiendo un relato de dolor cargado de emociones negativas, devolvámosle una luz de esperanza.