Arquitecto sostiene que fenómeno no se da en cualquier terreno y depende de la cimentación
Por Carlos Arredondo
La sequía que afecta nuestro país, además de las complicaciones que presenta en el sector productivo, también genera complicaciones en algunas estructuras edilicias, fundamentalmente en aquellas casas que estén emplazadas en suelo arcilloso y con problemas de cimentación. Así lo confirmó a CAMBIO el arquitecto Paul Bittencourt.
TIPOS DE SUELOS
El profesional fue consultado debido a que fueron varias las consultas de nuestros lectores, quienes advirtieron rajaduras en sus casas y sospecharon que las mismas podrían ser consecuencia de la sequía que padecemos. Bittencourt explicó que si bien no es un fenómeno frecuente; “son cosas que se pueden dar debido a que los suelos se ven afectados ya sea por exceso de agua, como por la falta de agua”. El profesional explicó que ese fenómeno puntual “depende del tipo de suelo” ya que no ocurren en todos los casos, pero “sobre todo los suelos arcillosos, básicamente donde esta esa arcilla medio (color) naranja, que tiene como una pintitas blancas, cada tanto, como pedacitos de cal”. Explicó que ese tipo de arcilla se ve muy afectada, tanto por la ausencia como por la presencia del agua, “porque cuando hay agua ella se hincha, y cuando falta el agua se reduce, se encoje, y cuando hay una casa encima que no tenga la cimentación adecuada puede sufrir los descenso y las subidas del suelo y eso termina provocando rajaduras y otros problemas. En los suelos que son más firmes, que tienen pedregullo, arena, o incluso toscas; esos no tienen problemas”, y reiteró que en zonas bajas, cerca de arroyos o en zonas blandas donde alguna vez hubo algún curso de agua, con mucho limo y arcilla si puede haber esos problemas”, aclaró el profesional.
CAMBIOS DE HUMEDAD
Bittencourt explicó que si bien el problema existe, en nuestra ciudad el de los suelos no es un problema muy generalizado, pero explicó que “ese problema (el de las rajaduras) se da cuando la cimentación de la construcción no fue hecha muy a conciencia. Nosotros tenemos mucha cimentaciones que son muy superficiales y al ser superficiales, al estar en suelos más expuestos a los cambios de humedad, pueden mover el cimiento”, explicó, y aclaró: “Cuando el cimiento es más profundo, por ejemplo, es más difícil (que le afecte las variaciones que provoca la falta de humedad en el suelo) porque está en capas más hondas”.
OBSERVAR
Consultado sobre si hay alguna cosa que puedan hacer las personas para prevenir, evitar y/o paliar esa situación, el profesional dijo “primero que nada hay que observar el caso; si parecen rajaduras, si hay movimientos hay que hacer obra para reforzar paredes y cimientos, lo que a veces, puede ser bastante complejo y caro. Pero lo que se detecta primero es, cuando aparece una rajadura, es si esa rajadura se “mueve” – no en días – pero de temporada a temporada hay que observar si se abre o se cierra, se vuelve a abrir; eso quiere decir que hay un problema que viene del suelo porque está en terrenos “móviles”, dijo. El arquitecto afirmó que hay zonas donde estos problemas no se dan y puso como ejemplo el caso de la zona de Arenitas blancas ya que allí el terreno tiene “mucho pedregullo, tierra colorada, es muy arenoso y bastante firme”.