martes 23 de abril, 2024
  • 8 am

Los perros de Armando: El valor de un perro

Armando Guglielmone
Adiestrador Canino – Educador Etólogo
Represent. Ovejeros Alemanes Von Schutzmann
Contacto : 098 539 682
Las cosas tienen un valor pero no necesariamente ligado al económico, puede ser afectivo o puede ser un valor que solo lo notamos cuando ya no está. Muchas veces damos por sentado que algo no ocurre porque es muy difícil que lo haga o porque las posibilidades son bajas ya sea por donde vivimos o sencillamente porque lo creemos. Pero a veces no tomamos en cuenta que si no ocurren es porque hay algo que lo evita y cuando eso ya no está, pasa, podrá tomar un tiempo, corto o largo pero seguramente pasará. Estoy hablando de los actos delictivos y de la función que ejercen los perros en nuestra seguridad, seguramente pensemos en la función disuasoria que obviamente es la principal pero hay otra que es tan importante como esta y es la de darnos calma y tranquilidad. Los que tenemos perros dormimos tranquilos, nos acostamos con la seguridad de que nuestros fieles amigos velan por nuestro sueño, basta generalmente un ruido extraño para que inmediatamente actúen en consecuencia ladrando amenazadoramente para advertir que están ellos ahí para cuidar. No hay alarma que ejerza ese efecto en nosotros, el hecho de saber que ante una eventualidad se dispare esa alarma y tengamos que ser nosotros los que debamos ver qué ocurre no tranquiliza, por el contrario, estresa; ni que hablar de que sabemos que no hay alarma infalible y mucho menos que esté dispuesta a dar la vida por nosotros.Ya hace un tiempo conté la anécdota de cuando cerró la empresa familiar y como justo en ese momento estaba en trámite de mudarme y no tenía espacio en casa de mis padres llevé una pareja de dobermans que tenía para que cuidaran el lugar hasta que me los pudiese llevar. Durante el tiempo que estuvieron ahí nunca ocurrió nada, recuerdo que al ir a diario a llevarles el alimento era gracioso ver como los niños que jugaban en la calle se retiraban y esperaban que me fuese para continuar haciéndolo, tal era el efecto que causaba el verlos salir a la vereda. Cuando ya no estuvieron ahí pasó muy poco tiempo, el necesario para que se dieran cuenta los malvivientes que ya no estaban los dobermans, para que robaran todo lo que había dentro excepto el aire que se respira. Y hace pocos días a alguien muy cercano a mí le robaron, gracias a Dios solo cosas materiales pues podría haber sido peor, ya que a los delincuentes no les importó que estuviese en la casa descansando; pero en esta casa mientras estuvo un perro cuidándolo nunca nadie se acercó demasiado pues la sobreprotección que ejercía su cuidadora motivada por los fuertes vínculos afectivos que la unía a él no lo permitían. Y ese el valor de un perro, no el costo monetario que puede ser mucho, poco o ninguno si no el hecho de que mientras esté con nosotros podremos descansar sabiendo que como mínimo aun siendo un pequeño perro de compañía con sus ladridos nos alertará a tiempo y seguramente disuadirá al posible malhechor que busca una presa fácil y ese perrito ladrando ya se la ha puesto difícil. Así mi consejo es que cuando vea a su perro parecer no hacer nada, aprécielo, tal vez le esté proveyendo tranquilidad y usted, no lo sabía.