viernes 26 de julio, 2024
  • 8 am

Los perros de armando: La necedad a cargo

Armando Guglielmone Instructor canino –
educador etólogo Venta de ovejeros
alemanes de pedigrí Contacto y /o sugerencias : 098 539 682
Nunca he sido reticente a escribir sobre temas que sé que dividen a las personas, pero hay algunos temas en particular que me hacen pensarlo durante más tiempo antes de hacerlo para evitar polémica. Uno de estos ha sido el de la leishmaniasis, enfermedad que ha hecho mella en muchos perros en nuestro medio, provocando injusticias hijas de la necedad de quienes han estado a cargo de “ocuparse” de esta. He dejado pasar el tiempo, que de alguna manera es el mejor testigo para sacar conclusiones más empíricas y no expresarme basándome en la impotencia que genera el no poder hacer nada a favor de los que sufren injusticia dado que la decisión ya fue tomada. Cuando esta enfermedad apareció cambió la realidad de muchos, para mejor en algunos casos y para peor en la mayoría. De repente, personas que eran profesionalmente intrascendentes pasaron a determinar que perro vivía y que perro moría, sin ningún tipo de intención de escuchar otros argumentos, cual si fueron premios Nobel de la ciencia. Se le amedrentaba a la gente con argumentos tales como: “es el perro o los niños”, haciendo que gente ignorante, y no digo sin educación, optara por sacrificar su perro sin pensarlo dos veces, como si la enfermedad acabara haciendo eso. Se aseguraba que la enfermedad de acá era diferente a la del resto de los continentes en los cuales está presente, y que con sus decisiones basadas en su genialidad científica se podría controlar. Se pretendió aislarla en Arenitas Blancas mientras pasaban atravesando la ciudad con camiones con restos de poda de allá para su descarte, sin pensar que el vector, que es una suerte de mosquita, iba entre esos restos, pues es allí que anida y se reproduce. Es que el transmisor es un insecto, no los perros, pero claro, las lumbreras a cargo no atacaban a quien lo transmitía, si no a quien lo portaba, cual mensajero asesinado por traer malas noticias. Si hubieran dedicado tal vez tiempo y recursos a fumigar de manera intensa, tal cual se hizo en países como China, que luego de diezmar la población de perros descubrieron que la enfermedad persistía, ya que el perro no es el único portador de ella, si lamentablemente el único que no tiene defensas, hubieran logrado tal vez reducirla al tamaño de una mera anécdota. Tal vez no hubiesen tenido que sacrificar tantos perros inútilmente si hubiesen hechos segundas muestras de test sanguíneos que darían resultados negativos, es que la fiabilidad de los test no es precisamente del cien por ciento. Es más, en sus comienzos luego de que mataran perros por decenas que habían dado positivo se filtró la información de las segundas muestras que habían llegado dando negativo, pero, todo quedó oculto aparentemente. Hubo personas que llegaron a cortar relación con sus veterinarios luego de que estos le dijeran que la única opción era el sacrificio, que el tratamiento no valía la pena, siendo que estas personas luego trataron sus perros y hasta hoy están vivos o han muerto de viejos. Se llegó a allanar con la policía casas de personas de bien, trabajadoras, no delincuentes, porque habían optado por tratar a sus perros y no a sacrificarlos. Tuve dos clientes que lo pasaron y me contaban que les habían dejado con antecedentes por esta causa, teniendo que pedir permiso para salir del país cual si fueron narcos condenados. Y todo esto tal vez no hubiese sido si hubiera estado a cargo alguien no solo con conocimientos, si no con sentido común y oído abierto. El dengue lleva ya en muy corto tiempo más víctimas que las que hubo por leishmaniasis, por lejos, pero no se ve que le den la notoriedad que se le dio a la otra, tal vez si hubiera mensajeros que matar sí se haría. Es que cuando el poder lo ostentan los necios el resultado nunca es bueno. Continuará.