domingo 15 de septiembre, 2024
  • 8 am

La abanderada olímpica que vuelve a un certamen mundial

Hace más de 24 años Mónica Falcioni «tocó el cielo con las manos», al llegar a Sydney para competir en unos Juegos Olímpicos en salto largo. Fue abanderada de la delegación, hito guardado para siempre. Pero hay más capítulos para agregarle a la historia: esta semana compite en Gottemburgo, Suecia, en el Mundial Master.
-¿Cómo surgió esta posibilidad de volver a competir?
-Dejé de competir muchos años. Acompañaba a mi padre y a conocidos a las carreras a la pista de Montevideo. Allí encontré a Berenice Da Silva, una atleta lanzadora de bala, que me empujó a volver a competir, esto hace un año y nueve meses. Me gustó la idea pero me costó un montón, porque uno tiene la idea de lo que fue antes pero ya no es. Me costó física y emocionalmente, mente y cuerpo. Hace unos meses recién que me estoy sintiendo mejor. El comienzo es un proceso, una adaptación, se entrena de otra manera, hay que respetar el cuerpo, la edad. Pero estoy contenta porque hago lo que siempre quise, que es saltar. Es distinto porque ya no hay obligación de ganar, aunque soy competitiva por naturaleza.
-En poco tiempo ya has tenido triunfos.
-Sí, en los nacionales, también en Concepción del Uruguay, en el Sudamericano en Perú donde saqué tres medallas de oro. Mi deporte de saltar tiene un impacto diferente al resto, así que hay que respetar la saltabilidad y entrenando de a poco.
-¿Esas victorias te dan idea de que se puede ir al Mundial a ganar?
-Sí, totalmente. Uno con los años va aprendiendo que la vida se trata de disfrutar un poco más, pero no voy a mentir que soy competitiva. No voy a pasear, por eso en estos meses he entrenado el doble. Si bien lo tomo como lo que es, un Mundial Master, voy a darlo todo para conseguir un buen resultado.
-¿Recibís apoyo económico, ya sea de privados o Confederación?
-En el atletismo master todos se tienen que pagar todo, no hay apoyo, aunque cada caso es personal.
¿Los rivales que vas a encontrar son profesionales; tienen apoyo?
-Sí, se sigue manteniendo la misma relación que había antes. Conozco atletas de la época profesional que nunca han dejado de entrenar y competir, se dedican de otra manera, y nosotros siempre estamos un paso atrás. Pero aún sabiendo que es así, uno lo hace por amor a lo que hace, porque si me pongo a pensar todo lo que falta no saldría a la pista.
-¿Qué reflexión te deja que aún tengas el récord absoluto de Uruguay a nivel femenino (6,52m)?
-Fue en julio de 1999 en Colombia, que fue marca también para los Juegos Olímpicos. Es un honor, un orgullo, pero a la vez genera la tristeza de que no surjan saltadores, porque Emiliano Lasa es una excepción, pero la realidad es que no hay saltadores y me gustaría que los hubiera, porque mi récord está para batirse. Sino es la evidencia de que estamos estancados.
-Cada edición de los Juegos Olímpicos imagino que los vivís de forma especial?
-Sí, con una gran alegría, porque es algo único, es el sueño de todos los deportistas. Yo lo valoro todos los días un poco más porque sé que es muy difícil llegar, que son muy pocos los que lo hacen y ser abanderado olímpico aún más. Me da mucha nostalgia y cuanto más pasa el tiempo más lo valoro.
-¿Qué recuerdos se te vienen de aquel 2000?
-Cuando llegué a Sydney y vi aquello me dije ‘bueno, ahora me puedo retirar en paz’. Entrenaba desde los seis años y en ese momento se me vino todo a la cabeza: la infancia, la escuela, el liceo, las competencias liceales, todos aquellos que luchábamos por lo mismo, los que tuvieron el sueño pero no lo lograron, a mis padres y toda la gente que me apoyó, la Plaza de Deportes… Sé de dónde vengo y me gusta que la gente te valore por saber las raíces de donde viniste. Me acordaba de eso, porque después podés llegar o no, pero por todo eso es un milagro. Es único el lugar, la Villa, los atletas, una experiencia única, es tocar el cielo con las manos. Después de eso, sabía que podía seguir unos años más pero ya había cumplido mi objetivo.
-¿Por qué no se potencia el atletismo en Salto en particular?
-Creo que para hablar uno tiene que tener mucho conocimiento de causa. Primero que nada habría que tirar todos para el mismo lado, lo cual es muy difícil. Después hay un combo de factores; tiene que haber gente idónea, pero a la vez hay que incentivar desde la base, pensando en el mediano y largo plazo. Hay que saber que el atletismo no es popular, que es un deporte solitario y que es necesario tener referentes. Todos quieren jugar al fútbol, pero claro hay muchos referentes, y todos quieren ser Suárez o Cavani.
-Pero hay actividad a niveles escolar y liceal.
-Sí, pero es como una actividad social, y no critico que la haya, pero aunque haya 300 gurises haciendo atletismo escolar, no tiene un fin deportivo. Yo no apunto a un alto rendimiento, pero al menos sí a que haya competencia, entrenamiento, disciplina deportiva, que haya objetivos de progresar, de superar una marca.
-¿Falta una pista también?
Sin dudas. Paysandú tiene buenos resultados porque tiene referentes, porque tiene trabajo y porque tiene una pista. Es el combo que se necesita.
-¿Cómo sigue el itinerario rumbo al Mundial?
-Nos vamos el 7 de agosto y las competencias empiezan el 13 hasta el 26. Yo compito el 17 en salto largo y el 18 en salto triple. Somos 22 uruguayos. Les agradezco a todos los que se acuerdan, porque de todo Uruguay siempre me han estado llamando para una nota o un homenaje.