La zafra de esquila avanza con normalidad en la mayor parte del país, con diferencias zonales asociadas a eventos climáticos puntuales. Según el técnico agropecuario Rafael De Paula, encargado del área de esquilas y acondicionamiento de lana del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), las esquilas preparto están "ya finalizadas… en tiempo y forma prácticamente", aunque con algunos atrasos en el sur por efecto de la lluvia. En el norte, los trabajos de preparto se completaron sin mayores inconvenientes y, tras las precipitaciones recientes, las máquinas retomaron actividad para avanzar sobre lotes de solteros y sobre productores que no realizan preparto.
Características de la zafra
De Paula remarcó que se ha observado "desde el inicio una mejor calidad de lana, mejor color, buena resistencia" en los vellones esquilados. Al mismo tiempo, confirmó que las lanas están "algo más finas" y que, si bien el peso por vellón ha registrado una merma en algunos casos, los rendimientos se mantienen "bastante buenos, similares al año pasado, con diferencia de uno o dos puntos hacia arriba o hacia abajo, o sea, prácticamente lo mismo".
Respecto al menor peso del vellón -la percepción de "menos kilos"-, De Paula explicó que conviene analizar varias variables antes de atribuir causas únicas. Señaló que la menor cantidad de lana puede deberse a que hay menos animales esquilados en algunos casos, o bien a condiciones climáticas que afectan la suarda.
En ese sentido, dijo "sabemos que se empieza a levantar suarda recién ahora en octubre, noviembre, y eso que se lavó por las lluvias, en lo que fue fin de otoño y principio de invierno, difícilmente levante suarda en esos meses". Su diagnóstico apunta a que las lluvias de otoño dejaron fibras más lavadas, lo que podría explicar la ligereza observada en algunos vellones; sin embargo, añadió que los rendimientos medidos hasta ahora no muestran descensos.
Coreos
Consultado sobre los plazos de entrega de los análisis de coreos de los lotes, De Paula indicó que "en algunos casos las demoras son de una semana, en otros salen a los diez días". Señaló que el cuello de botella más habitual se presenta en noviembre, cuando se concentra el ingreso masivo de muestras al sistema. Explicó que estos análisis están terciarizados y que existe un "cierto nivel de capacidad que tiene el LATU", razón por la cual en ocasiones las muestras deben aguardar procesamiento en algunos momentos. A pesar de ello, valoró que en la presente zafra los resultados han venido saliendo dentro de las fechas probables e, incluso, en algunos casos anticipados.
Para mitigar estas congestiones, De Paula detalló que el laboratorio contrata personal zafral durante los meses de mayor demanda: "la gente del laboratorio trabaja a full, con mucha gente, se contrata todos los años zafrales justamente para evitar estas cosas, tanto en lo que es coreo como en lo que es Flock Testing".
Calidad de los vellones
El técnico recordó que en zafras recientes se registraron problemas puntuales con mayor proporción de vellón inferior y con lotes que resultaron penalizados en precio por la calidad. Al respecto, rememoró que "hacía dos zafras atrás, se tuvieron problemas y había mucho vellón inferior y vellón B" y citó un ejemplo donde el precio de venta respondió directamente a un mayor porcentaje de vellón inferior en el lote.
Frente a ese antecedente, la lectura actual es positiva: "este año las calidades están mejores en términos generales", afirmó De Paula, quien añadió que sí existen algunos lotes destacados por encima del promedio, y otros puntualmente perjudicados, pero que el común denominador difiere favorablemente de la campaña anterior.
De Paula comentó que, en las reuniones técnicas periódicas que realizan con los operadores del sector, el consenso es que "se ve mucha diferencia a lo que era el año pasado y muchos productores también más animados".