Por Melisa Ferradini
La marca salteña, creada por los hermanos Luis Ignacio y Marianela Cabrera, obtuvo en 2025 el oro en el Campeonato Mundial del Alfajor en Buenos Aires y fue distinguida como el Mejor Alfajor del País en Uruguay. Una historia de esfuerzo, innovación y raíces familiares. En 2025, la empresa salteña logró un hito inesperado: su alfajor de maicena con dulce de membrillo, libre de gluten y sin lactosa, fue premiado con el oro en el Campeonato Mundial del Alfajor en Buenos Aires, donde participaron más de 500 competidores de distintos países. A los pocos días, repitió el reconocimiento en Uruguay, en la Feria Internacional del Alfajor, donde fue distinguido como el Mejor Alfajor del País. En dialogo con CAMBIO, Luis Ignacio nos cuenta cómo surgió la idea y los momentos vividos hasta el día de hoy en el emprendimiento familiar.
EL COMIENZO
El camino comenzó en 2018, cuando Marianela, celíaca desde los dos años, y su hermano Luis Ignacio decidieron transformar una necesidad en un emprendimiento. “Queríamos que ella pudiera disfrutar productos ricos y seguros. Lo que empezó como un gesto familiar terminó en un proyecto que hoy está presente en todo el país”, relata Luis Ignacio. La receta tiene raíces en la cocina de su madre y su abuela, que preparaban alfajores especiales para Marianela. Con el tiempo y tras muchos intentos, perfeccionaron una fórmula con harina de arroz y maicena que mantiene el sabor tradicional y garantiza seguridad alimentaria. El resultado: un alfajor que no solo conquistó paladares uruguayos, sino que también destacó en el exigente certamen internacional. “No es suerte, es trabajo. Emprender siempre implica riesgo, pero cuando se hace con compromiso, llegan las recompensas”, enfatizó Cabrera. El crecimiento de Celisano fue posible gracias al esfuerzo propio y al apoyo de instituciones como ANDE, Ministerio de Industria, Agencia Nacional de Innovación y Centro Pymes, que acompañaron distintas etapas del proyecto.
CELISANO HOY
Hoy se cuenta con una planta de elaboración en Salto, donde se producen alfajores, chipás, pizzas, panes y churros sin gluten. Muchos de estos productos están en envases especiales que evitan la contaminación cruzada, pensados para hogares y restaurantes. “Queremos que cualquiera pueda disfrutar con confianza y sabor, incluso quienes no tienen restricciones alimentarias”, explicó. La marca también apuesta a la cercanía con la comunidad. Durante la Expo Prado en Montevideo, por ejemplo, se instalaron en un espacio dentro del stand del Gobierno de Salto, donde los visitantes podían jugar, probar productos y hasta sacarse fotos con el tradicional disfraz de alfajor. “El reconocimiento que recibimos ahí fue tan importante como el de Buenos Aires. Ver la alegría de la gente es lo que más nos motiva”, destacó Cabrera.El mapa de puntos de venta disponible en el Instagram @celisano.uy permite ubicar sus productos en distintos departamentos. El objetivo a futuro es seguir expandiendo la red de distribución y consolidar la marca como sinónimo de calidad e inclusión alimentaria.
