La primavera marca un momento crucial para la sanidad del rodeo, y según la Dra. Valentina Herrera, técnica del Plan Agropecuario en el departamento de Río Negro, es la etapa en la que se deben reforzar los controles y vacunaciones para evitar pérdidas sanitarias y productivas. "Estamos en plena primavera, con las pariciones avanzadas, y es fundamental recorrer los rodeos para ver que los terneros estén bien. En algunos casos ya pueden comenzar a aparecer bicheras o miasis, sobre todo en los ombligos de los terneros, especialmente en zonas del norte donde la temperatura es más elevada", explicó.
La profesional subrayó la importancia de estar atentos a enfermedades infecciosas como las clostridiosis y las queratoconjuntivitis, que suelen incrementarse en esta época. "En noviembre ya podemos estar pensando en vacunar a los terneros contra las queratoconjuntivitis y las clostridiosis", indicó Herrera, enfatizando que ambas patologías pueden causar perjuicios importantes en la producción si no se previenen adecuadamente.
Queratoconjuntivitis
La queratoconjuntivitis infecciosa bovina, comúnmente conocida como "ojo rosado", constituye una de las enfermedades más frecuentes y costosas del verano. "Es muy contagiosa, especialmente en animales jóvenes", explicó la técnica. "La prevención pasa, por un lado, por la vacunación, y por otro, por evitar los factores predisponentes como la exposición intensa al sol, el polvo o la tierra, que irritan la mucosa ocular y favorecen la infección".
Herrera destacó que la combinación entre vacunación y manejo ambiental reduce notablemente la incidencia. "Cuidar los factores predisponentes y vacunar a tiempo son medidas que, sumadas, ayudan a prevenir la enfermedad y evitar pérdidas económicas", sostuvo.
Clostridiosis
En cuanto a las clostridiosis, recordó que es una familia de enfermedades bacterianas graves que pueden provocar muertes súbitas en animales aparentemente sanos, sobre todo luego de procedimientos de manejo. "Hay que asegurarse de que los animales estén protegidos contra las clostridiosis antes de realizar castraciones, caravaneos o cualquier tipo de trabajo, porque es muy común que después de una castración nos encontremos con animales muertos por esta causa", advirtió.
La técnica recomendó que, si no se alcanza a aplicar las dos dosis requeridas para la inmunización inicial, "por lo menos los animales reciban una dosis única 15 días antes del manejo", lo cual aporta un nivel de protección preventiva.
Carbunco
Otro punto que resaltó Herrera es la necesidad de incluir en el plan sanitario la vacunación contra el carbunco bacteriano (ántrax) en los establecimientos con antecedentes de la enfermedad. "En los campos con historia de carbunco hay que tenerlo presente e incluirlo en el plan sanitario, porque es una enfermedad muy peligrosa y además una zoonosis, o sea, puede afectar al hombre", señaló.
En caso de encontrar animales muertos en el campo, advirtió que no se deben manipular los cuerpos sin diagnóstico. "Lo ideal es no tocar al animal y llamar a un veterinario, que pueda hacer un diagnóstico definitivo. Muchas veces nos encontramos con animales muertos y no sabemos qué fue, pero el carbunco puede ser una de las causas, y es importante prevenir el contagio humano", enfatizó.
Entore
Mirando hacia adelante, la profesional también se refirió a las medidas que deben adoptarse previo al entore. "Es necesario revisar la sanidad general del rodeo y especialmente de los toros", afirmó. "Debemos asegurarnos de que los toros estén clínicamente sanos y aptos para la reproducción, tanto desde el punto de vista funcional como sanitario. Eso significa que sean capaces de montar y realizar la cópula sin problemas, y que no transmitan enfermedades al resto del rodeo".
Además de las evaluaciones clínicas, la Dra. Herrera recordó que muchos productores solicitan estudios complementarios para evaluar la calidad del semen, un indicador esencial de la capacidad reproductiva. "En muchos casos se analiza el semen para verificar su calidad, y si es necesario, se aplican vacunas reproductivas, tanto a los toros como a las vacas", explicó.
Estas vacunas son especialmente importantes en las vaquillonas que se van a servir por primera vez, donde se recomienda un esquema de dos dosis. "Las vaquillonas deben recibir una doble vacunación reproductiva previa al servicio, y luego, en los años siguientes, una sola dosis de refuerzo", detalló.
También hizo hincapié en la necesidad de prevenir leptospirosis, enfermedad que genera abortos y pérdidas de terneros. "En los establecimientos donde hubo antecedentes o prevalencia de leptospirosis, se recomienda realizar un refuerzo de la vacuna al momento del diagnóstico de gestación", explicó. Esta medida, añadió, "permite reducir las pérdidas reproductivas y proteger el rendimiento del rodeo".
Herrera recordó que la sanidad es un proceso continuo que exige planificación y constancia. "El manejo sanitario no se resuelve con una vacuna o una sola intervención, sino que es un trabajo de planificación durante todo el año, que debe adaptarse a las condiciones climáticas, la categoría animal y la historia sanitaria del establecimiento", puntualizó.
