viernes 7 de febrero, 2025
  • 8 am

Se pierden $ 30 millones en el embarque y transporte de los ganados a faena en Uruguay

Sol

Desde el manejo de los ganados previo al embarque y posteriormente el transporte de los mismos, se ha detectado una pérdida de más de 30 millones de pesos, lo cual claramente impacta en el sector industrial y productivo, repercutiendo en el precio final que recibe el productor por su hacienda, pero también en el valor potencial que puede recibir el frigorífico por los cortes de carnes a la exportación o mercado interno.
En un trabajo realizado por las Dras. María Pía Sánchez, del grupo Marfrig, y Valentina Herrera, del Plan Agropecuario, se explica que el estrés que sufren los animales durante el embarque y transporte es un problema crítico que requiere atención urgente. «A nivel mundial se exige cada vez más que los animales destinados a consumo reciban un trato adecuado», subrayaron, destacando que esto no solo responde a exigencias éticas, sino también a requisitos del comercio internacional.
En Uruguay, el desafío comienza con el estado de las rutas, la falta de formación del personal encargado y las largas distancias que deben recorrer los animales de pie hasta llegar a destino. Este estrés puede ocasionar hematomas, cortes oscuros y abscesos en la carne, lo que genera pérdidas estimadas en 30 millones de pesos anuales, según la Cuarta Auditoría de Calidad de la Cadena Cárnica del Uruguay. «El 95% de las problemáticas que encabezan las mayores pérdidas económicas de la cadena cárnica se deben a problemas de manejo y bienestar animal», explicaron.
La planificación es clave para mitigar estos efectos negativos, especialmente en temporadas de altas temperaturas. Según las especialistas, es fundamental realizar el embarque durante las horas más frescas del día, garantizar sombra y agua para los animales, y utilizar herramientas como la plataforma INIA para prever el impacto del estrés calórico. Además, recomendaron juntar a los animales con antelación, evitar el uso de picanas eléctricas y guiar al ganado con banderas en lugar de perros o gritos.
«Es indispensable contar con instalaciones adecuadas, como rampas con pisos antideslizantes y paredes sólidas», detallaron. También insistieron en que el número de animales transportados debe ajustarse a las tablas de carga de la Asociación Uruguaya de Transportistas de Hacienda, para evitar caídas y lesiones. Durante el transporte, la falta de espacio o el exceso de animales puede incrementar los riesgos de heridas y estrés.
En cuanto al impacto económico, las malas prácticas repercuten directamente en la calidad del producto final. La aparición de hematomas y abscesos no solo reduce el valor comercial de la carne, sino que puede comprometer la seguridad alimentaria debido a residuos de medicamentos mal administrados. Este problema, señalaron las expertas, pone en riesgo la reputación de Uruguay en mercados internacionales.
Para revertir esta situación, Sánchez y Herrera hacen un llamado a la capacitación del personal involucrado en cada etapa del proceso, desde el manejo en el campo hasta el transporte y la planta frigorífica. «Proponemos capacitaciones teóricas y prácticas anuales en diferentes zonas del país, para que toda persona implicada tenga acceso a esta información y pueda mejorar sus prácticas», concluyeron.