
Hasta el 14 de abril, Uruguay rinde homenaje al Tannat, su variedad de uva más emblemática, en una celebración que se desarrolla en la ciudad de Salto, cuna histórica de esta cepa que desde hace más de 150 años enraíza identidad, tradición y pertenencia en el corazón de la vitivinicultura nacional. Organizada por el Centro Vasco de Salto, esta semana de actividades honra la figura de Pascual Harriague, el visionario que en el siglo XIX apostó por esta variedad francesa en tierras uruguayas, logrando consolidarla como símbolo del vino nacional y posicionando al país, hoy, como el mayor productor mundial de Tannat.
En 2024, Uruguay elaboró 20 millones de litros de Tannat, una cifra que da cuenta de su consolidación como emblema vitivinícola tanto a nivel local como internacional. Para este año, según los datos preliminares de la última vendimia, se cosecharon más de 22 millones de kilos de uva Tannat, lo que permitirá alcanzar una producción estimada de 17 millones de litros de vino. Cada botella representa una historia que se remonta a más de un siglo, cuando Harriague, un inmigrante vascofrancés, encontró en las suaves pendientes de Salto y sus suelos arcillosos el lugar ideal para transformar una cepa extranjera en seña de identidad nacional.
El cronograma de la Semana de Harriague incluye muestras fotográficas, presentaciones sobre patrimonio vitivinícola, charlas técnicas, degustaciones, ferias de emprendedores, encuentros con raíces vascas y actividades culturales que combinan arte, gastronomía y memoria. La Bodega Harriague, ubicada en la avenida que lleva su nombre, será el epicentro de varios de estos eventos, incluyendo la denominación de Salto como Cuna del Tannat, en una jornada que celebra el valor patrimonial del vino y su vínculo con la historia del Uruguay.
La cepa Tannat, originaria del sudoeste de Francia, encontró en Uruguay condiciones óptimas para su desarrollo. Hoy ocupa más de 1.500 hectáreas en todo el país, lo que representa más del 26% de la superficie total de viñedos, y ha evolucionado en una rica variedad de estilos, gracias al talento y la creatividad de los enólogos nacionales. Además de sus cualidades organolépticas, el Tannat posee beneficios para la salud, como su alto contenido de resveratrol, lo que lo convierte en una opción destacada entre los vinos tintos del mundo.
El lunes 14, fecha central de la conmemoración, se realizará una ofrenda floral en el Cementerio Central de Salto, donde descansan los restos de Pascual Harriague, y se llevará a cabo el circuito «Entre Viñas y Bodegas», que invita a redescubrir el legado del pionero. Desde su llegada a Uruguay en 1840, Harriague desarrolló una labor incansable que culminó en 1887 con la presentación de su primer Tannat, premiado internacionalmente en exposiciones de Barcelona y París.
Hoy, más de un siglo después, su legado vive en cada copa de vino y en cada celebración como esta, que reafirma el carácter único del Tannat uruguayo, un vino que no solo conquista mercados, sino que también cuenta una historia de arraigo, innovación y profundo respeto por la tierra. Uruguay, sin lugar a dudas, ha hecho del Tannat mucho más que una cepa: ha hecho de él una patria enológica.