Por Andrés Ferreira.
CAMBIO entrevistó al Meteorólogo José Serra, recabando información acerca del fenómeno de “La Niña” y “El Niño”, del cual Serra explicó con detalles de qué se tratan, por qué suceden, sus beneficios y consecuencias. Serra explicó que son fenómenos atmosféricos naturales que suceden en determinados períodos, cada 2 o 7 años aproximadamente. “La Niña” está asociada al déficit de precipitaciones, lo que no significa que se tengan ausencia de las mismas, sino que se encuentren debajo de la media normal. “El Niño” es la inversa, se trata de volúmenes de precipitaciones por encima de lo normal.
CAUSAS
En cuanto a lo que origina estos fenómenos naturales, cuando sobre el Océano Pacífico, frente a las costas de Perú y Ecuador, hay un enfriamiento de las aguas superficiales, ocasiona “La Niña”. Las corrientes de aire que provienen desde Asia provocan este enfriamiento de las aguas superficiales y se genera una pérdida del vapor de agua en la atmósfera. Por otro lado, Serra explicó que “El Niño” es provocado por un calentamiento de las aguas superficiales que genera mayor vapor de agua en la atmósfera. “Lo que está sucediendo en este momento en nuestro país, en el hemisferio sur, es que se encuentra bajo el tercer episodio consecutivo de ‘La Niña’” destacó Serra, es decir, tres años consecutivos con déficit de precipitaciones “y que se puede extender hasta los primeros meses del verano” agregó.
CONSECUENCIAS
Analizando la situación, Serra señaló que el período invernal, que comienza el 1 de junio, en ese mes las precipitaciones no alcanzaron el valor medio-normal, y los valores de temperaturas fueron muy bajos. Julio fue un mes de precipitaciones muy superiores a lo normal, y en agosto las precipitaciones volvieron a descender, estando por debajo de lo normal. Septiembre comenzó con escasas precipitaciones, donde en el Sur del país hubo una media de solamente 11 milímetros. Octubre presenta un déficit de precipitaciones significativo, “por el momento muy semejante al comportamiento de la atmósfera en septiembre, esto está dando lugar a anomalías negativas en precipitaciones, y anomalías negativas o positivas en temperaturas” expresó Serra. “El bajo nivel de precipitaciones es muy bueno para el turismo, pero muy malo para el campo y en realidad para todos, ya que para tener alimentos sobre la mesa, necesitaremos pagar el alto costo que todo esto implica” finalizó.
