Finalizado el clásico, habló el técnico de Nacional, Martín Lasarte, que llamó a la mesura porque «falta mucho».
«Nosotros vamos a seguir igual, queda mucho por delante para todos, no me hago planes», afirmó. «Le dije a los jugadores en la charla de ayer: nosotros tenemos que ganar y además mandar una señal, pero no para el rival, sino una señal general. Que lo que tenga que pasar, que pase. Dependemos de nosotros, siempre lo dije, después el resultado te hace prisionero».
LAS POLÉMICAS
No hubo grandes polémicas como en clásicos anteriores, pero Peñarol reclamó con razón una falta de Báez sobre Milans que pudo ser expulsión. Fue una plancha de atrás, no advertida por Leodan González ni el VAR.
Un foul de atrás y con las dos piernas de Fernández sobre Recoba en el inicio también pudo ser revisado. Luego una amarilla que no salió a Castro por un agarrón de camiseta, o un fuerte codazo de Méndez sobre López, tampoco fueron sancionados debidamente.
INSÓLITO LO DE LOS HINCHAS
La fiesta de los hinchas locales fue espectacular como siempre, pero lo del final fue insólito. Con Nacional ganando y a pocos minutos de consumar la victoria, se tiraron bombas de estruendo hacia dentro de la cancha que afectaron a Báez y luego a Sanabria. No pasó a mayores, los dos siguieron jugando, pero el hecho pudo ser de más gravedad.
El árbitro hizo todo lo posible para finalizar el partido y lo consiguió.