jueves 28 de marzo, 2024
  • 8 am

Rumbo a mayo (I)

Gustavo Varela
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Gustavo Varela

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Por Gustavo Varela
Antes de iniciar la columna semanal, es el deseo de éste escriba, de los mejores augurios para el año en que se inicia, y que sea un año pleno y lleno de realizaciones en todos los órdenes, en cada uno de nuestros compatriotas.
Como ya, casi todos lo saben, en mayo del presente año, va a culminar el proceso electoral actual, que se repite cada 5 años, tal como lo establece la Carta Magna.
En esa fecha, se procederá a elegir, quien va a “conducir” los destinos de los 19 Departamentos del Uruguay, por el próximo quinquenio.
La reforma constitucional de 1996 (aunque vigente a partir de 1997) estableció la separación en el tiempo de las elecciones nacionales de las departamentales, o sea ordenó las diferentes elecciones en fechas separadas.
Ni siquiera optó por el sistema llamado de “voto cruzado” que permitiría sufragar por diferentes partidos en un mismo acto eleccionario las diversas autoridades (nacionales y locales), como queriendo establecer expresamente que los criterios por el cual los votantes Uruguayos, eligen a las autoridades nacionales, con respecto a las autoridades departamentales e inclusive ahora, las autoridades locales (léase Alcaldías) son absolutamente diferentes.
El Constitucionalista consideró en su momento, y con acierto creo, que cuando están en juego los problemas nacionales, la ideología prima mucho más, que cuando están en juego los problemas locales, donde el componente de vecindad tiene otra fuerza.
Los “vecinos” de cada departamento, buscan más a las “personas” que deberían ser las más aptas para gobernar los territorios departamentales, por sobre la “idea política” que le pueda dictar su razón o corazón.
La razón es meridianamente clara, el alumbrado de una ciudad, la basura de un departamento, o los pozos que tenemos en nuestras calles y caminos no los podemos catalogar de izquierda o de derecha, y esas son las tareas mínimas a la que tienen que abocarse los gobiernos departamentales o locales.
Si alguien falla, es quien conduce la Intendencia y su equipo de gobierno, y esto puede ocurrir o porque no se administra bien, o porque se es incapaz o inhábil para conducir un gobierno, o porque falla en la confección de sus equipos de trabajo, o en definitiva, porque no conoce básicamente las tareas mínimas que hay que llevar a cabo, siquiera para mantener lo ya realizado y que no se rompan las cosas.
La experiencia nos indica que desde dicha reforma hasta nuestros días, eso es lo que ha venido ocurriendo, elección tras elección, en los criterios diferentes que se utilizan para definir lo nacional, a diferencia de lo departamental.-
Se modifican los criterios, y eso hace también cambiar los números de octubre a mayo.
Como conclusión, podemos establecer, que para la elección de Intendente y Alcaldes, lo fundamental es que debemos mirar muy bien la persona del candidato, sus habilidades y conocimientos técnicos de la tarea que debe desarrollar, el acompañamiento político que va a tener para llevar a cabo su gestión, y el conocimiento socio-económico del Departamento que aspira a gobernar.-
Como se me ha terminado el espacio de ésta columna, en la próxima retomaremos el tema, intentando analizar, las cualidades que debe reunir quien se postule a la Intendencia.
Hasta la semana que viene.