Por Gerardo Ponce De León
Nos parecerá mentira, pero el domingo que viene, vamos a tener un nuevo gobierno, nuevos gobernantes, que fueron electos por el pueblo, es decir en democracia, algo que los uruguayos valoramos mucho y que tenemos que cuidar.
Por más que no queramos, es también un derecho, y algo muy sublime, reconocer defectos y virtudes, del gobierno que se tuvo hasta el 1 de Marzo de este año. De los dos lados se tienen que aceptar. Pero también es derecho el de darle, al nuevo gobierno, tiempo, saber esperar, y si reconocemos que hay cosas bien hechas, dejarlas; y corregir las mal hechas. Esto lleva un tiempo prudencial y tener paciencia. Siempre que exista un cambio, en el acierto o en el error, no podemos sin saber su resultado, poner piedras en el camino; “palos” en la rueda, porque a mi no me gusta la medida tomada, sin dar tiempo para ver su efecto. Tenemos la costumbre de criticar, hasta sin saber, ver “cucos” donde no hay, y no permitimos que nos toque, nuestra chacrita, porque miramos el árbol y no el monte.
Reitero: tiempo y paciencia. Cuando el pueblo soberano, habla, hay que escuchar, entender y comprender, que por algo habló, me está diciendo que tengo que tener la suficiente capacidad para entender lo que quiere, y por eso se da el cambio.
Mundialmente, no somos nadie, pero si sabemos que somos y tenemos que seguir siendo ejemplo de lo que es una verdadera democracia. Se gana por algo, se pierde por algo. Nuestra capacidad nos tiene que llevar a estudiar el porque se ganó y porque se perdió.
No todo lo que se hace está bien, ni todo está mal, hay que tener la capacidad de usar el raciocinio, y usar el más común de los sentidos, que me tiene que llevar a entender que mi mal puede ser el bien para muchos, y mi bien ser para pocos, o a la inversa.
No es fácil escribir sobre el futuro, ya que es algo que es incalculable, lo real y cierto es el presente, y tenemos la obligación, TODOS los uruguayos de tratar de que sea justo y real; que tengamos TODOS la posibilidad de vivir lo mejor posible; que aprendamos a respetar a TODOS, primeros que nada a nuestros hermanos, para luego ser con los demás.
No es fácil escribir, ya que sé que hay personas, uruguayos, que desean que no anden las cosas bien, me dirán que no es cierto, pero vasta con rascar un poco, para descubrir a la verdad desnuda, y diferenciarla de la mentira disfrazada de verdad. ¡Qué triste es esta verdad! Significa, nada más y nada menos, que pensar egoístamente, y no darse cuenta que si al gobierno le va bien, vamos a andar todos bien, si le va mal, vamos a ir todos mal. El que entra es un gobierno de coalición, el que sale, también es un gobierno de coalición
Desde estas humildes líneas, le deseamos al nuevo gobierno, lo mejor, que nuestra mente egoísta, sea superada por la paciencia, prudencia, cautela y esperanza. Creo que de entrada nos podrá doler alguna medida que se tome, pero espero que seamos lo suficientemente capaces de entender que es para nuestro bien.
Que el gobierno nuevo le de, real cabida, a la frase:
“Que los más débiles sean los más protegidos”
No me importa su creencia religiosa, pero que tenga muy presente la realidad, que tenga a Dios, como fuente de inspiración, y que mire a todos nosotros como seres humanos, que deje de lado “los votos” que puede costar una medida que sea justa y para bien de todo el pueblo uruguayos.
Estos son los deseos de este insignificante uruguayo, uno de tantos que lucha y cree en la igualdad, la comprensión, el respeto, y que todos podemos dar, lo más importante que tenemos: AMOR.
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