lunes 14 de octubre, 2024
  • 8 am

El yacimiento de los recuerdos

César Suárez
Por

César Suárez

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Gabriel Rodriguez diputado

Por el Dr. César Suárez
La memoria de cualquiera es un testigo bastante aproximado de los acontecimientos sucedidos en el curso de cada vida, instrumento mágico que nos demuestra que sí, que hemos vivido y que detrás de cada uno hay una historia que se puede revivir repasando sólo o en compañía, vivencias ya sucedidas que sólo necesitan de sutiles estímulos para traer al presente eventos acontecidos, en ocasiones, perfectamente nítidos y en otras, un tanto difusos, en frecuentemente adornados con fantasías que hacen versiones diferentes de un mismo acontecimiento de acuerdo a quien lo relate.
Hay una memoria activa que requiere de un determinado esfuerzo para intentar recordar y otra automática que rescata las habilidades aprendidas que conforma la experticia acumulada a través de la vida en la profesión que cada uno ha elegido o que la vida les permitió elegir, que dirige nuestros pasos o nuestras manos en forma casi inconsciente y automatizada.
Muchos recuerdos “dormidos” mágicamente se activan en los reencuentros y van saliendo uno a uno como quien revisa un arcón con objetos guardados ya hace un tiempo y casi olvidados.
Sin embargo, la memoria también suele ser frágil y en ocasiones intentamos recordar nombres o fechas e incluso acontecimientos pero quedan como bloqueados, recuerdos que parecen que están ahí pero no salen queriendo desesperadamente decir esa palabra olvidada que parece mentira que no sale porque parece estar “en está en la punta de lengua”.
Como la memoria no necesariamente confiable porque hay cosas que se olvidan, la inteligencia humana ha ido generando instrumentos que se constituyen en una suerte de memoria externa dejando registrado de algún modo cada acontecimiento que no quiere ser olvidado.
Desde la más recóndita historia surgen testimonios que han trascendido a la memoria viva y contemporánea dejando indicios muchas veces involuntarios que rescatan los acontecimientos de la humanidad porque a las personas nos gusta recordar incluso acontecimientos que no hemos vivido pero que forman parte ancestral de lo que la humanidad de la que formamos parte y de la que hemos heredado la continuidad genética en el largo hilo de la historia.
La inventiva del hombre fue plasmando su pensamiento y creatividad en la elaboración de documentos y objetos, en el arte y la escritura para que su memora trascendiera por fuera de su cerebro una vez que su vida se hubo extinguido para ahora acceder a ella, en ocasiones cientos ó miles de años después como testigo de lo acontecido.
Hoy seguimos disfrutando obras clásicas de la literatura universal gracias a la escritura (La Ilíada, el Quijote de la Mancha, la obra de Shakespeare, las poesías de Machado, la Rimas de Becker o la genial música de Mozart, Beethoven, Vivaldi, Bach entre muchísimos otros o del arte de genios como Leonardo Da Vinci, Miguel Angel, Picasso ó Van Gogh.
Esa memora colectiva acumulada es el sustento de nuestra cultura, de nuestra historia y que nos hace diferentes a cualquier otra especie conocida.
Cada uno de nosotros tenemos nuestras vivencias, quizás la gran mayoría las guardamos para sí pero otros tratamos de dejar algún testimonio aunque desde hace un tiempo la historia de la humanidad ha formado una bisagra trascendente a través de la explosión de herramientas de comunicación individual de las que casi nadie escapa y de la que queda registro en una nube informática que guarda todo lo que cada uno expresa a través de cualquiera de estas herramientas y que van dejando rastro de nuestro presente o de nuestra historia en una memoria que quizás quede ahí para siempre incluso de lo que ya jamás podríamos o querríamos recordar.
Los teléfonos inteligentes se han a través de sus aplicaciones, se han transformado en una suerte de memoria externa personal, ya no es necesario esforzarnos para recordar, sólo es suficiente con activar un buscador informático y tendremos al instante cada cosa de la que nos hemos olvidado, de un nombre, una palabra, una frase, un acontecimiento o de cualquier cosa que nunca supimos pero que queremos saber ahora.
La memoria propia y de la humanidad parece estar cada vez más accesible y a mejor resguardo, sólo hay que husmear el vasto yacimiento de los recuerdos de nuestro cerebro o en nuestros equipos informáticos.