Los deportes náuticos y el turismo
Por Leonardo Vinci.
Teniéndolo todo, Salto desaprovecha grandes oportunidades.
Basta ver «al otro lado del río» -por usar una frase de Drexler- para tener un buen ejemplo de cómo desarrollar turísticamente el lago.
Al promocionar Concordia, su municipalidad da cuenta que a pocos kilómetros «se yergue majestuosa la Represa Hidroeléctrica de Salto Grande, la que formó uno de los más grandes lagos artificiales de América Latina. Bosques de eucaliptos y pinos, playas de arena, islas e islotes y 80.000 hectáreas de agua conforman este magnífico centro turístico. Las playas que bordean al lago artificial, en su mayoría de arenas, pedregullos o combinados, son el destino más popular para los amantes de las actividades al aire libre», donde se puede acampar y practicar deportes náuticos.
Durante los meses de verano, el agua es sin duda uno de los grandes atractivos. Actividades como el kitesurf, el windsurf y la navegación a vela se practican desde las primeras hasta las últimas horas del día. Otros optan por actividades menos osadas y más contemplativas, como la pesca deportiva o bien cebarse unos mates bajo la cálida sombra de una sombrilla veraniega.
Pero desde nuestra margen, el lago de Salto Grande es un maravilloso escenario prácticamente inexplotado que espera se articulen acciones para su plena utilización.
Los deportes náuticos podrían despertar mayor interés y el turismo tendría una interesante alternativa si se procede adecuadamente.
Corresponde mencionar que la delegación del Uruguay ante la CTM de Salto Grande no sólo construyó en las costas del embalse el Hotel Horacio Quiroga- con fondos del complejo binacional e inaugurado en 1985- sino que otorgó en comodato un valioso predio al Yatch Club, haciéndose cargo de los costos de la obra de su hermosa sede.
Los trabajos, dirigidos por los arquitectos Mañosa y Lescano, estuvieron a cargo del artesano Rubén Peralta, convirtiéndose en la piedra fundamental para el desarrollo de las actividades náuticas, o sea, aquellas que se desarrollan en el entorno acuático del lago.
Programas como los desarrollados recientemente, mediante el otorgamiento de algunas pocas becas por parte de las Instituciones más representativas del remo, han dado resultados positivos.
En la actualidad, uno de los becarios ha ido a competir- ni más ni menos- que al mundial de canotaje en Portugal.
El entusiasmo que ha concitado en los uruguayos la participación de los remeros Bruno Cetraro y Felipe Klüver en los juegos olímpicos de Tokyo, podría ser una gran motivación para acercar a muchos jóvenes a ese deporte.
A su vez, los destacados logros de Dolores Moreira- que también asistió a las competencias mundiales con su pequeño velero «laser radial»- ojalá despierten el interés general.
Los deportistas nombrados, deberían ser invitados por el gobierno departamental y organizaciones deportivas, para participar en jornadas a realizarse en el lago, las que seguramente serían presenciadas por numeroso público.
Los deportes acuáticos merecen ser apoyados, al igual que las actividades relacionadas con el turismo en el embalse de Salto Grande.
El Club Remeros y el Rowing Club podrían tener un rol protagónico en las acciones a desarrollar al norte de la represa.
La delegación del Uruguay ante la CTM, dentro de poco tiempo, decidirá el destino que tendrá en el futuro la sede del Yatch Club y en tal oportunidad, sería valioso que tuviese en cuenta algunos de los aspectos que hemos reseñado