jueves 21 de noviembre, 2024
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Cuando Hitler y Uruguay eran amigos

Dr. Pablo Perna
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Dr. Pablo Perna

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Por el Dr. Pablo Perna
“Excelentísimo Sr. Presidente de la República Oriental del Uruguay, Dr. Don Gabriel Terra. Junto al buen éxito de la obra monumental del Río Negro comenzada por iniciativa de su Gobierno, expreso a su excelencia mis más sinceras felicitaciones. Adolf Hitler, Canciller del Tercer Reich” (Berlín. 17 de mayo de 1937).
“Al Excelentísimo Sr. Adolfo Hitler. Führer… Agradezco su cordial felicitación… Confío en el éxito de las mismas porque serán realizadas por técnicos alemanes de gran reputación científica y tradición honorable. Nunca olvidará nuestro país todo cuanto ha hecho…, nuestros dos países han de sentirse cada día más vinculados en su firme amistad” (Repuesta a Hitler del Presidente uruguayo Dr. Gabriel Terra).
Previo a la segunda guerra mundial Uruguay y Alemania tenían una estrecha relación de amistad; en 1937 se firmaba el contrato para la construcción de la Central Hidroeléctrica del Rincón del Bonete, que fue adjudicada a una empresa alemana, por lo que viajaron técnicos especializados de ese país para la concreción de la misma. Rápidamente en la zona se construyen chalets para los técnicos y sus familias que los acompañaron y conjuntamente se inaugura la Escuela Rural Nº 56, donde los estudiantes tenían clase en alemán y español; y al frente de la misma se hacía flamear la bandera uruguaya y nazi.
En Alemania luego de la “noche de los cristales rotos”, comienza una fuerte emigración de judíos alemanes hacia América Latina; pero los gobiernos amigos de los nazis, como lo fue Argentina, Brasil y el nuestro, rechazaban barcos con familias judías que debían de retornar a Europa. Muchas empresas europeas navieras inescrupulosas, a sabiendas que serían rechazados, les vendían a los judíos pasajes de ida y de regreso, que de todas maneras compraban obligados para mantener viva una luz de esperanza de poder salvar sus vidas.
El 14 de diciembre de 1938 ingresa el acorazado alemán “Graf Spee”, el favorito de Hitler, al puerto de Montevideo, al ser perseguido por buques de guerra británicos que lo habían lesionado seriamente. Los alemanes piden asilo al Uruguay y el presidente Baldomir les concede 72 horas para realizar las reparaciones. Al vencer el plazo, un día como hoy, pero el 17 de diciembre de 1938, el capitán del “Graf Spee” hunde su barco, quedando gran parte de su tripulación en Uruguay; muchos de ellos serán exiliados y otros quedaran a vivir aquí.
Si bien Uruguay rompe relaciones diplomáticas con Alemania en 1942, quedaron nazis que gozaron de cierta impunidad por largo tiempo, prueba de ello es que el 25 de julio de 1958, en Nueva Helvecia, el médico Josef Mengele contrae matrimonio y vive por un tiempo en Uruguay, manteniendo inclusive a su nombre la factura de UTE. Mengele había sido apodado el “Ángel de la muerte”, en virtud que seleccionaba en los campos de concentración a hombres y niños judíos, gemelos y aptos físicamente, para realizar experimentos con ellos.
Hoy al celebrarse 83 años del hundimiento del “Graf Spee”, las dos potencias que se encontraban en disputas en el pasado, se reúnen en Punta del Este representados por sus respectivos embajadores, para inaugurar el “Memorial del encuentro y la Paz”, juntos a nuestro Ministro de Defensa e Intendente de Maldonado, donde colocaron ambas anclas, la del buque inglés atacante y la del “Graf Spee”, en honor a las vidas perdidas y en señal de que no se vuelvan a repetir las atrocidades del pasado. Aplaudimos la iniciativa.