martes 23 de abril, 2024
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Verdad y justicia

Gustavo Chiriff
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Gustavo Chiriff

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Por Gustavo Chiriff
“Alguien limpia la celda de la tortura que no quede la sangre ni la amargura, alguien pone en los muros el nombre de ella, ya no cabe en la noche ninguna estrella.” Alguien – Mario Benedetti.
El 17 de febrero pasado, la juez letrado Dra. Claudia Melo García, decretó el procesamiento sin prisión del médico RICARDO ALBERTO REVETRIA INVERNIZI como presunto co-autor penalmente responsables de un delito continuado de abuso de autoridad contra detenidos en la dictadura, en el batallón de infantería N° 7 de la ciudad de Salto.
La denunciada ES presentada en diciembre del 2011, presentando pruebas de crímenes de lesa humanidad cometidos por fuerzas militares desde aproximadamente febrero de 1976 en adelante en el cuartel de la ex calle Viera, hoy Av. Líber Seregni, contra militantes sindicales y del PCU, señala claramente la participación del médico salteño en las sesiones de tortura que se llevaban a cabo en este cuartel. En octubre de 1975 comenzó lo que se denominó “Plan Morgan”, feroz operativo de la dictadura a gran escala, contra los militantes clandestinos del PCU, camaradas que resistían a la dictadura, miles de ellos desde sus lugares de trabajo. Bajo este operativo es que son detenidos en el cuartel salteño nuestros compañeros y luego torturados bajo la supervisión del Dr. Revetria, quien indicaba si había que seguir en la sesión de tortura, hasta cuanto podían resistir.
“Por su alma, su propio perro mordedor, bajo el garrote, el cable, el puñetazo, la bolsa de arpillera, el plantón y el insulto. La olvidada mejilla que no ponen ni él ni nadie a golpear.” Guitarra Negra –Alfredo Zitarrosa.
Bajo la capucha, entre el submarino, el caballete, el plantón, la colgada o la picana, nuestros camaradas reconocieron la voz que asistía a los milicos torturando: a este seguí dándole, resiste; dejalo descansar un poco y después continúen, sigan, pero tengan cuidado con el brazo, seguí nomas la sesión que este resiste.
El delito de estos queridos camaradas era soñar con la sociedad del pan y de las rosas, de enfrentar a la feroz dictadura, con la única arma de la palabra, denunciando los delitos de lesa humanidad que todos los días ocurrían, las persecuciones, las detenciones, las torturas, muertes y desapariciones. Ellos también fueron víctimas de ese enorme aparato represivo, sufrieron en carne propia los apremios, que Revetria supervisaba.
“Botija aunque tengas pocos años creo que hay que decirte la verdad para que no la olvides. Por eso no te oculto que me dieron picana, que casi me revientan los riñones, todas estas llagas, hinchazones y heridas que tus ojos redondos miran hipnotizados, son durísimos golpes, son botas en la cara, demasiado dolor para que te lo oculte, demasiado suplicio para que se me borre… Aquí gritamos, berreamos, moqueamos, chillamos, maldecimos, porque es mejor llorar que traicionar, porque es mejor llorar que traicionarse. Llorá, pero no olvides.” Hombre preso que mira a su hijo – Mario Benedetti.
Por Lalo, Miguel, Mario, Ruben, los dos Luis y Tilo, VERDAD Y JUSTICIA, NUNCA MAS TERRORISMO DE ESTADO.