Por Dr. César Suárez
Cosa extraña; cuando miro tLa investigación y la ciencia han avanzado en forma acelerada, sobre todo en los últimos años generando tecnologías que ni las mentes más fantasiosas se podrían haber imaginado, sin embargo, a pesar de todo, hay infinidad de cosas que no entendemos, sobre todo, ignoramos porque razón estamos habitando una planeta que no es más que una minúscula partícula, una suerte de grano de polvo perdido en la inmensidad del universo que mide sus dimensiones y sus distancias en años luz imposibles de transitar para llegar a ningún lugar con nuestra tecnología donde supuestamente podría existir vida, comenzando porque cada segundo luz son 300.000 kilómetros (es la distancia entre la tierra y la luna), sabemos que la nave terrícola más rápida, alcanza en espacio ingrávido, 30.000 kilómetros por hora y que una hora tiene 3600 segundos y que esa misma máquina necesitará 10 horas para recorrer 1 segundo luz y 36.000 horas para recorrer una hora luz, o sea, 1500 días, y para recorrer 1 día luz, 36.000 días, o sea 100 años, si, cien años para recorrer 1 día luz.
El planeta más cercano con características parecidas al planeta Tierra, según la información aportada por los astrónomos, está a una distancia de más de 400 años luz, equivalente a 146.000 días luz.Para llegar a allí con nuestra naves terrestres, teniendo en cuenta que se necesitan 100 años humanos para recorrer un día luz, si multiplicamos esos 100 años por 146.000 días luz, da la friolera de más de 14 millones de años y otros 14 millones de años para regresar a avisar que encontraron o no vida en esos planetas, no parece una espera razonable para la mayoría de los humanos que quieren todo ya, incluso para mí que tengo bastante paciencia, me resultaría un tanto aburrido estar esperando 28 millones de años para tener esa noticia, ya no sabría qué hacer en todo ese tiempo, me hartaría de ver películas de Netflix, Disney, Star+, de Prime, campeonatos de fútbol, Tenis, teleteatros, gimnasia, discusiones políticas, elecciones, encuestas, discusiones inconducente en polémicas en el bar, informativos, preguntando a cada rato mirando mi reloj cósmico ¿Cuánto falta? Y darme cuenta que todavía no transcurrió ni siquiera 1 segundo luz y todavía faltan 800 años luz para que los astronautas vuelvan, o sea, 28 millones de años humanos. A esa altura voy a estar mucho más viejo que ahora y no sé si me llegará a interesar la noticia o estaré interesado en otros asuntos más terrenales o celestiales.
O sea, resumiendo, en este contexto, resulta imposible conseguir otro lugar habitable que no sea el planeta Tierra por lo que no queda otra alternativa que cuidar el único hábitat amigable que tenemos a nuestro alcance y dejarnos de jorobar con andar rompiendo todo lo que hay que da sustento a nuestra supervivencia, cuidar los recursos naturales y el medio ambiente porque físicamente estamos demasiado lejos de cualquier otro lugar.
Pero como uno nunca sabe y la duda y la incertidumbre nos acompaña desde que se nos ocurrió ser seres racionales, muchos piensan que al liberarse del cuerpo se podrá viajar sin restricciones a cualquier lugar y al toque, al cielo, al paraíso, nirvana, a la gloria, o el edén, pero no prueben por las dudas o esperen un poco hasta que el destino decida.
Algunas religiones han organizado su negocio inmobiliario para el más allá y ya venden terrenos en la inmensidad del cielo y otros muy previsores, están comprando.
Por ahora no hay nada confirmado, pero en todo caso, después que logre independizarme de este atrapante cuerpo, les cuento, pero no se ilusionen, por ahora no.
