martes 7 de mayo, 2024
  • 8 am

Somos

César Suárez
Por

César Suárez

204 opiniones

Por el Dr. César Suárez
La realidad demuestra que a pesar de que en la superficie del planeta tierra, según informes, habitamos más de 8.000 millones de habitantes, yo y tus incluidos.
La realidad es que somos todos diferente y cada uno se reconoce a sí mismo como un yo distinto a cualquier otra persona por más que la genética sea parecida, incluso son personas diferentes los gemelos univitelinos con un mapa genético casi idéntico.
Tal cual, como un código QR visualmente idéntico a otro, la ubicación diferente de un solo punto ya representa a otra cosa diferente, así somos, los seres vivos, parecidos pero diferentes, cada uno una unidad única e irrepetible.
Cada uno es como la naturaleza determinó, físicamente diferentes, tanto, que podemos reconocer sin dificultad a otra persona conocida, pero también la podemos reconocer por su forma de actuar, a tal punto que casi podemos adivinar como cada uno va reaccionar ante determinada situación, pero yo, hay unos solo, cada yo es una unidad inconfundible.
Pero a pesar de que cada uno tiene su forma de ser y cada uno tiene su personalidad, el entorno y las circunstancias nos va modelando y haciendo de nosotros algo diferente de acuerdo al modelo cultural que nos envuelve.
Pero que somos entonces, somos lo que cada uno construye sobre una matriz predeterminada que nuestra herencia genética nos aportó y cada uno modela con lo que hay o con lo que cada uno elije o con lo que está en condiciones de elegir.
Desde el punto de vista físico y biológico podemos decir, tal cual muchos dicen, somos los que comemos, ligado por un lado a la disponibilidad, porque cada alimento que ingerimos irá impactando en nuestro metabolismo favoreciendo nuestra biología natural, o irá alterando nuestros mecanismos de equilibrio generando una suerte de toxicidad progresiva que se irá expresando en el curso de la vida. La alimentación es también una forma de filosofía de vida o se come lo que hay, o lo que se quiere comer, o se es vegetariano, o se es carnívoro o se come “chatarra”, o se hace dieta y de cada una de esas elecciones nos hará también diferente a los demás.
También somos lo que respiramos, aire puro, o aire viciado por elección u obligados por las circunstancias laborales o por humo de tabaco, o sustancias alucinógenas.
Somos lo que pensamos y elegimos ser, también somos lo que vemos porque nos gusta ver o no lo que las circunstancias ponen ante nuestros ojos, somos lo que nos rodea, todo lo que nos agrede o nos reconforta, somos producto del afecto, de la solidaridad, del amor recibido, pero también somos producto de los desprecios del odio, del rencor.
Somos lo que nos toca oír, somos producto de la cercanía, del abrazo cálido y sincero o de la distancia y la indiferencia.
Somos una mezcla compleja del mapa genético que nos toco de todo en entorno que nos ha rodeado en toda nuestra vida y nos rodea ahora, somos lo que quisimos y lo que pudimos ser, somos la voluntad de querer ser, pero también somos lo que nos dejaron ser.
De toda esa mezcla emergemos, pero el entorno, los afectos, la incomprensión o la indiferencia son los principales componentes de la materia prima que modela nuestra personalidad.
Pero a no engañarse, somos todas esas cosas, pero también somos la consecuencia del libre albedrío y fundamentalmente la voluntad de ser.