Armando Guglielmone Instructor canino –
educador etólogo Venta de ovejeros
alemanes de pedigrí Contacto y /o sugerencias : 098 539 682
Muchas veces cuando las personas se deciden a tener un perro primero lo consiguen y luego si aparecen problemas de cualquier tipo recién ahí consultan sobre qué deben hacer. Deberíamos tomar en cuenta qué precisará ese animalito a partir del momento que lo llevemos a casa, sin importar si es de raza o no, las necesidades y atenciones serán las mismas, o por lo menos, deberían serlo. Idealmente, si es un cachorro no deberíamos llevarlo con nosotros antes de los dos meses, de esa manera nos aseguraríamos que ha tenido impregnación con sus hermanos y madre y será un perrito más seguro y que ya ha tenido aprendizaje sobre relacionamiento jerárquico. Ya tendría que tener por lo menos su primera vacuna y estar próximo a la segunda, así que ya casi no correría riesgos sanitarios con un mínimo de cuidados. Es cierto que por varias razones a veces no hay más remedio que llevárnoslo antes, siendo así tengamos cuidado de que no ande en la calle si no es en nuestros brazos, y al mes y medio deberíamos vacunarlo y seguir con los mismos cuidados hasta que el veterinario nos lo diga. Acostumbrémonos a que aprenda a entender el NO como orden para que al crecer sea más fácil corregirlo antes que cometa la falta, nada de hablarle como persona, pues no funcionará. El collar junto con la correa debe ser puesto desde temprana edad para que se acostumbre y luego no sea un conflicto para el perro salir con ellos puesto. Con estas mínimas cosas será más disfrutable estar con él, y no sufrirlo. Ahora bien, lamentablemente muchas personas tienen un perro, o más, sin ocuparse mínimamente de sus necesidades y peor aún, del respeto y consideración hacia las otras personas que andan con sus perros, porque la consideración hacia su perro ya está descartada. Esto ocurre porque hay propietarios que encuentran más fácil abrir la puerta de su casa para que su perro salga, haga lo que quiera hacer y se apañe solo, como si estuviéramos en medio del campo. Por ejemplo, al lado de la casa de un cliente tienen una perra sin raza que la dejan salir temprano a la calle para que vagabundee, la pobre pasa el día en la calle, más de una vez se ha salvado de ser atropellada, y ahí sigue. Tienen también un perrito de raza, pero a este no se lo ve frecuentemente. Una vez vi al niño de la casa preguntar si la entraba y el padre contestarle “no”, con tono de, que se maneje. Total, si la pisan seguramente no costó dinero, y si voltea a alguien en moto, no es nuestra, solo le damos de comer, digo yo. Y a solo dos cuadras de ahí, a la tardecita dejan salir a retozar dos perros grandes, estos si de raza, que tienen la mala costumbre de ir al encuentro de otros perros de manera bastante conflictiva. A mí me ha pasado, pero claro, yo sé cómo solucionarlo, pero muchas personas no, pasando nervios y sustos y sin nada más que poder hacer. Eso sin tomar en cuenta que es en una de las esquinas más transitadas de la ciudad. Y así se multiplica por muchos lados. Tener un perro y ocuparse de él a veces no es fácil, sería bueno tenerlo en cuenta, por lo menos, por consideración a los demás.
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