Por Pablo Perna
Hacía tiempo que José Mujica había anunciado públicamente que tenía una carta bajo manga para jugar previo a las elecciones de octubre, en una suerte de afianzar la candidatura de Yamandú Orsi, que días que pasan y ante entrevista profundas o accidentales que se le realiza denota la falta de conocimiento en varios temas esenciales, en concreto queda en evidencia que es bastante “playito” en muchos temas.
Orsi trata de imitar el talante y las salidas recurrentes e ingeniosas de Mujica, pero no se le compara en lo más mínimo, quedando en ridículo en muchos de sus cometarios, ejemplos sobran, pero el más reciente es cuando es preguntado si en caso de ser electo presidente invitaría a su asunción al dictador Nicolás Maduro, lo que titubeando y de manera tímida, responde: “viste cuando haces un cumpleaños, para cuanto te da la torta… hay que ver cuántas invitaciones hacemos”. Nos ahorramos realizar comentarios al respecto.
La carta de Mujica se trataba de presentar como candidata en segundo lugar al senado por el MPP a la histórica periodista y conductora del informativo del canal 10, Blanca Rodríguez, que si bien todos sabíamos de su filiación de izquierda, no lo disimulaba mucho, no solamente por ser pareja del senador Mario Bergara, pero a nadie ha sorprendido. Mujica que se encontraba internado por el tratamiento de cáncer de esófago, tenía la presentación oficial de su discípula el día martes, por lo que sabiendo que el ex presidente respira solamente política y es una persona dura, logra que le dieran el alta médica, por lo que del CASMU sale en sillas de ruedas directamente al acto, apareciendo con su rostro visiblemente cansado, con guantes y gorra.
A Blanca se le notaba sus emociones a flor de piel y comienza su discurso agradeciendo a sus mentores Mujica y Topolansky; su discurso se notaba que era francamente sincero, pero ingenuo, en virtud que sus pensamientos chocaban directamente contra lo que sostenían abiertamente sus mentores y su fuerza política. Comienza su discurso afirmando: “tenemos que ir tras la recuperación de valores”, pero se olvidaba del abucheo en el día de ayer por simpatizantes de izquierda al presidente Lacalle Pou cuando asistía a la Facultad de Medicina, donde le decían: “ladrón”, “hdp”, entre otros epítetos. Sigue: “no creo en la política que agrieta”, pero se olvida cuando Cosse, al perder las internas sale al balcón en su primer acto sosteniendo: “Quiero agradecer la llamada de la vicepresidenta Beatriz Argimon”, hace pausa y enfatiza: “no silben, no silben”; sigue: “llego hasta aquí como feminista”, pero se olvida cuando Mujica manifestaba que “el feminismo es bastante inútil y contraproducente”, prosigue: “llego hasta aquí para defender la agenda de derecho”, pero se olvida cuando Mujica sostenía “la agenda de derechos es productos de la estupidez humana”, prosigue: “la mentira destruye”, pero no nos olvidamos cuando Lucía Topolansky aseguraba sobre el título de licenciado de Raúl Sendic, lo siguiente: “Tiene un titulo cubano que no está revalidado… yo vi el título”. Las genialidades mencionadas, la vi en una recopilación de Tik tok que ilustra de manera elocuente y entretenida algunas de las contradicciones ideológicas vertidas.
Ante estas estrategias políticas de un “viejo zorro” y lo digo con el mayor de los respetos, nos preguntamos, ¿en política quien usa a quien?
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