El médico veterinario Marcos Berrutti, asesor de cabañas y establecimientos ganaderos, destacó el cambio radical que se produjo en la cría bovina con la incorporación de nuevas tecnologías. Subrayó que la vaca ocupa hoy un rol central en los programas de selección genética, algo impensado en décadas anteriores, cuando el toro era considerado el gran mejorador del rodeo.
"Ese es el gran cambio que ha habido. Porque antes sacabas un ternero por vaca por año y ahora… una vaca puede dar 50 terneros en su vida", afirmó Berrutti, al referirse al impacto que ha tenido la transferencia embrionaria en la expansión y mejora genética.
De un ternero a los embriones
Según explicó, en el pasado el papel de la vaca quedaba relegado a un rol reproductivo limitado. Hoy, gracias a la posibilidad de obtener múltiples embriones de un solo animal, la valorización de las hembras es mucho mayor. "Las familias de vacas son muy importantes a seguir como plan genético", aseguró.
El especialista recordó que en varias cabañas existen casos en los que una o dos vacas madres originaron la mayor parte de la descendencia actual. "Lo que pasaba antes con los toros hoy sucede con la vaca gracias a la tecnología", enfatizó.
El riesgo de la concentración genética
El avance de la tecnología no está exento de desafíos. Berrutti advirtió que este proceso implica también una reducción del pool genético disponible, lo que puede afectar la diversidad dentro de la población. "Antes había mil vacas y ahora hay cien a las que les hacemos transferencia de embriones. Hay muchos menos genes dando vueltas", señaló.
En ese sentido, explicó que esta concentración genética plantea riesgos similares a los observados con el uso masivo de ciertos toros, cuyos descendientes se repiten en distintas cabañas. "Pasa también con los padres, porque hay mucha gente que usa el mismo toro. Pero hoy la hembra pasa a tener un protagonismo que cuando yo empecé a trabajar no tenía", sostuvo.
Nuevo paradigma en la cría
Para Berrutti, el cambio es estructural y marca un nuevo paradigma en los programas de selección y mejoramiento. Si bien el toro sigue siendo clave, la incorporación de las hembras como motor genético aporta una dimensión distinta, que redefine las estrategias de los criadores.
El veterinario subrayó que el futuro estará marcado por un delicado equilibrio entre la intensificación del uso de estas tecnologías y la necesidad de conservar una base genética amplia. "La vaca hoy tiene un protagonismo que antes no tenía, y eso cambia todo el juego de la cría", sentenció.