Las exportaciones del rubro ovino en Uruguay alcanzaron US$ 145,3 millones entre enero y agosto de 2025, lo que significó un aumento de 3,1% frente al mismo período del año anterior. El motor del crecimiento fue la lana y sus subproductos, que sumaron US$ 102,8 millones, con una mejora de 5,3%, mientras que la carne ovina retrocedió 1,9%, generando US$ 42,3 millones, según datos del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
El negocio lanero sigue representando la mayor parte de las ventas externas del rubro ovino, con una participación del 70,8% del total exportado, frente al 29,1% de la carne. Dentro del sector lanero, el desempeño fue dispar según el tipo de producto: la lana sucia generó US$ 40,1 millones (+9,6%), la lana lavada alcanzó US$ 16,3 millones (+10,4%), mientras que los tops cayeron a US$ 36,5 millones (-3,6%). Este último resultado estuvo explicado por menores embarques hacia Alemania, aunque Italia, principal comprador de tops con 31% del valor total, aumentó su demanda en 10%.
Por micronaje
El análisis por diámetro confirma la creciente importancia de las lanas más finas en el comercio exterior. La lana menor a 21 micras representó el 26% del volumen exportado, con un crecimiento de 24% frente a 2024, al pasar de 5,4 a 6,7 millones de kilos. En términos de valor, esta categoría generó ingresos 23% superiores respecto al año pasado, consolidándose como la franja de mayor rentabilidad para el país.
En contraste, las lanas de 28 a 29 micras, que explican el 18% del volumen total, retrocedieron 13% en volumen, mientras que las categorías de 21 micras y mayores a 32 micras también mostraron descensos en sus exportaciones. La conclusión es clara: las lanas finas marcan el rumbo del mercado, mientras que las más gruesas pierden espacio en las colocaciones internacionales.
Destinos
Entre enero y agosto de 2025, 41 países compraron lana uruguaya, aunque tres mercados concentraron más del 65% de los ingresos. China fue el principal destino con US$ 44,6 millones (43% del total), pese a una leve caída de 0,5% frente a 2024. El gigante asiático fue determinante en lana sucia, donde absorbió el 82% de las ventas, equivalentes a casi US$ 33 millones.
Italia consolidó su papel como segundo destino, con US$ 14,3 millones (14% del total) y un crecimiento de 13,4% interanual, destacándose tanto en tops como en lana lavada. Alemania, en cambio, retrocedió 3,1%, ubicándose en tercer lugar con US$ 9,5 millones (9% del total), en gran medida por la baja en las compras de tops.
Otros destinos relevantes fueron Egipto, que ganó participación en lana sucia (7,7%), e India, que duplicó su demanda de lana lavada, llegando a un 16,4% del valor total de esta categoría.
Un mercado en transición
En volumen físico, Uruguay exportó 26,1 millones de kilos de lana base sucia, lo que implicó una caída de 7% respecto al año pasado. El 46,6% se exportó como lana sucia, el 31,1% como tops y el 22,3% como lana lavada. La disminución afectó a las tres presentaciones: lana sucia -6,2%, lana lavada -8,6% y tops -7,0%.
Aun así, la suba de precios internacionales permitió que el ingreso de divisas creciera en dos de estas categorías. "El desempeño positivo de las lanas finas refleja la preferencia de los mercados más exigentes y abre una oportunidad para consolidar la estrategia de diferenciación del Uruguay", señalaron desde el SUL.
Carne ovina
En paralelo, la carne ovina exportó 7,2 millones de kilos, lo que supuso una contracción del 31,4% en volumen frente a 2024. Sin embargo, el valor total apenas retrocedió 1,9%, gracias a un mejor precio promedio. Brasil se mantuvo como principal destino con US$ 12 millones (29%), aunque con una caída de 23%, mientras que Israel escaló al segundo lugar con US$ 9,4 millones (22%), multiplicando por 17 sus compras en un año. China, en cambio, redujo sus compras a la mitad, quedando en tercer lugar con apenas US$ 4,4 millones (11%).
