"En la cuenta del criador pesa tanto la vaca de invernada como la vaca gorda, eso es bien clarito. Es de esa plata que el criador vive muchas veces", sintetizó el Ing. Agr. Rafael Burutaran, vicepresidente de la Sociedad de Criadores de Brangus del Uruguay. El productor explicó, con un sentido práctico, que en la cría la reproducción y el manejo del peso de salida de las vacas condicionan la caja anual del establecimiento.
Una vaca "media" como objetivo productivo
Burutaran explicó que la búsqueda debe orientarse hacia una "vaca media", capaz de combinar buen desarrollo del ternero con un peso adulto moderado, en este sentido indicó que "hay que buscar una vaca media, los datos hoy nos permiten, por medio de los Dep's, buscar animales con mucho crecimiento, bajo peso al nacer y que tengan un peso adulto medio".
Respecto a los kilajes que deben manejarse en el rodeo de cría, Burutaran fue concreto: "pienso que una vaca tiene que estar en los 480 a 500 kilos gorda, una vaca de cría que tiene que estar pariendo en los 460 kilos. Me parece que es lo lógico".
Preñez: meta técnica vs costo económico
Burutaran reconoció que la cabaña debe apuntar a altos niveles de preñez para multiplicar genética de calidad, pero relativizó la universalidad del 90% de preñez como objetivo óptimo para todos los productores: "Yo creo que esto es una ecuación económica bien clara y entonces creo que muchas veces preñar el 90% tiene un costo alto".
En su lectura, cada productor debe definir su punto de equilibrio entre costo e impacto productivo, "en la cuenta, cada uno de los productores deben saber cuál es su lugar de equilibrio para preñar vacas". Burutaran insistió en la diversidad del sector y en la heterogeneidad de realidades productivas, especialmente en el norte del país, donde los desafíos ambientales y sanitarios complican alcanzar metas homogéneas. "Tenemos campos de cría donde se desteta un 75 o un 80% y no tienen costos altos. Por eso lo que te decía que tenemos un universo tan grande de productores, en el norte del país además en lugares tan diversos y muy complicados".
En ese contexto, desde su punto de vista, la definición del objetivo de preñez debe guardar relación con las condiciones locales de manejo y con la estructura de costos que enfrenta cada productor. El directivo de la Sociedad de Criadores de Brangus, subrayó además que la mejora genética en la región ha sido notoria y que la compra de buen material puede redituar.
El impacto
de la garrapata
Burutaran señaló con más énfasis su preocupación respecto a la garrapata, problema cuyo avance en el norte del país ya afecta indicadores de reproducción. "A mí me preocupa mucho el tema garrapata en el norte del país. Ahí se pierden unos cuantos puntos en la cría. Me parece que ahí hay que atacar fuerte porque está habiendo un problema muy grave".
Para el vicepresidente de la Sociedad Brangus, la amenaza sanitaria puede erosionar los logros en preñez que se han alcanzado con programas de manejo y selección, por lo que reclamó una intervención decidida para evitar que pérdidas de preñez -a veces costosas de recuperar- terminen por reducir la rentabilidad de la producción de cría.
El precio de toros
El vínculo entre la venta de hembras y la capacidad de invertir en reposición y mejora genética fue otro punto destacado: Burutaran afirmó que la comercialización de vacas invernadas o gordas aporta una caja fundamental para el criador y condiciona decisiones en la compra de toros.
"Creo que hay una relación, cuando vendemos toros hablamos de la relación con el ternero y yo creo que a veces la relación con la vaca de invernada o la vaca gorda que vende ese productor, a veces le permite pagar un poco más por un toro", sostuvo.
En consecuencia, el precio que logre el productor por una vaca de salida influye en su capacidad de actualizar material genético y, por ende, en la evolución productiva del establecimiento. Esta relación revalida la necesidad de una estrategia que combine genética, manejo y mercado.

