lunes 30 de junio, 2025
  • 8 am

Atraso cambiario genera sobrecosto de US$ 1.000 millones al sector agropecuario

La Federación Rural del Uruguay advirtió, a través de un reciente informe técnico, que el sector agropecuario nacional enfrenta una pérdida acumulada estimada en US$ 1.000 millones durante los últimos tres años, como consecuencia directa del manejo discrecional del tipo de cambio nominal. El comunicado, titulado «El campo y la fábula de la rana hervida», compara la situación actual del agro con el efecto gradual y letal del calentamiento lento del agua sobre una rana, en alusión al deterioro progresivo del tipo de cambio sin reacción del sistema económico.
Según el análisis presentado por la gremial, la persistencia de un dólar atrasado desde hace tres años constituye un problema estructural que ha sido disimulado momentáneamente por alzas coyunturales en los precios internacionales y el ingreso de inversiones externas impulsadas por exoneraciones tributarias. Sin embargo, estas ventajas no alcanzan al productor nacional, quien se ve afectado por una pérdida de competitividad que impacta negativamente en sus ingresos y márgenes operativos.
El informe de la Federación Rural incluye un comparativo entre el tipo de cambio y la unidad indexada (Índice Dólar/UI), que muestra una caída sostenida desde marzo de 2020. Entre 2011 y 2021, esta relación mostró cierta estabilidad relativa, con oscilaciones compensadas a lo largo del tiempo. No obstante, este patrón se quebró en 2022, dando paso a un deterioro sistemático y sin señales de corrección.
La situación actual se diferencia de los años anteriores, en los que el tipo de cambio tendía a corregirse naturalmente en el mediano plazo. En el periodo 2004-2011, el peso uruguayo se fortaleció gradualmente frente al dólar como reflejo de la recuperación poscrisis de 2002. A partir de 2011, la relación dólar/UI se estabilizó, marcando un equilibrio intertemporal. Sin embargo, desde 2022, este comportamiento dejó de observarse, provocando un desalineamiento prolongado del tipo de cambio que afecta especialmente al sector exportador, y en particular, al agropecuario.
El documento técnico destaca que el sobrecosto estimado de US$ 1.000 millones no contempla todos los desajustes de costos internos en la cadena cárnica, tales como transporte, logística y tarifas portuarias, muchos de los cuales están dolarizados. Como ejemplo, se cita el caso de las tarifas del Puerto de Montevideo, que registraron un aumento del 13% en dólares en agosto de 2023. Este tipo de incrementos genera una carga adicional sobre el productor, que debe asumir mayores costos para procesar y exportar sus productos sin una compensación vía tipo de cambio.
En el caso de los productores agrícolas, el impacto también es significativo. Según datos de la Cámara Mercantil citados por la Federación Rural, el precio de la tonelada de soja era de US$ 501 en enero de 2022. A junio de 2025, esa cotización descendió a US$ 361 por tonelada, lo que implica una caída del 28%. En el mismo periodo, el índice Dólar/UI se redujo en un 22%, lo cual representa una pérdida adicional del poder adquisitivo en términos reales. Esta doble pérdida -menor precio de exportación y deterioro del tipo de cambio- representa una merma combinada estimada en el 42% para los productores agrícolas.
Para dimensionar este desvío, el comunicado detalla que el desvío cambiario en 2022 fue de 5,33 pesos por dólar, representando un costo adicional de US$ 266.946.314. En 2023, el desvío aumentó a 10,61 pesos, generando un sobrecosto de US$ 386.183.991. En 2024, el desvío ascendió a 11,60 pesos por dólar, implicando un perjuicio de US$ 410.190.144. El total acumulado del trienio asciende así a US$ 1.063.320.450.
Este cálculo se realiza tomando como referencia un tipo de cambio corregido hacia el punto medio del largo plazo, equivalente al comportamiento observado entre 2011 y 2021. Bajo ese criterio, la apreciación forzada del peso uruguayo durante los últimos años representa una distorsión significativa. Medido en dólares por cabeza, el sobrecosto anual estimado ronda los US$ 180, lo que compromete la rentabilidad del negocio ganadero.
En la sección de conclusiones, la Federación Rural advierte que la combinación de un dólar atrasado y una carga financiera acumulada está afectando gravemente al campo uruguayo. Se destaca el aumento del endeudamiento del sector como un reflejo del deterioro del tipo de cambio. Mientras que entre 2014 y 2021 el endeudamiento promedio del sector ganadero fue de US$ 670 millones, en los últimos tres años ese valor se elevó a US$ 1.104 millones, es decir, un incremento superior al 60%.
Ante este escenario, la gremial sostiene que se vuelve imprescindible avanzar hacia una gestión «más cuidadosa, predecible y transparente del mercado de cambios en Uruguay». Asimismo, reclama la implementación de políticas compensatorias y regulatorias que permitan preservar la competitividad del agro nacional y garanticen la sostenibilidad del sector ganadero en el mediano y largo plazo.