HORARIO INOPORTUNO
Eran las 6 y 20 del viernes pasado y llegó el camión. Inmediatamente se comenzaron a sentir los murmullos de las conversaciones y las risas de los funcionarios que comenzaban su jornada laboral. La noche estaba firme y el sonido del motor que no se apagaba, era un ruido que contrastaba con el absoluto silencio de la madrugada y el descanso de los vecinos, que molestos y desconcertados, no sabían que lo peor aún no había llegado. Se trataba de un equipo de funcionarios de Intendencia, que tenían como cometido cortar un árbol del ornato público que ya no tenía vida. A las 6.30 de la mañana dos motosierras de las grandes y una más ruidosa que la otra, comenzaron la fajina de viernes. Primero le cortaron las ramas altas, luego lo destroncaron y por ultimo lo trozaron. Durante unos 40 minutos el ensordecedor ruido invadió las casas y el descanso de todo un vecindario.
SIN INTERNET
El martes, durante aproximadamente una hora, Salto estuvo sin conexión de internet. Ni las conexiones domiciliarias, ni los datos móviles respondías al envió de mensajes, chats, redes sociales y navegación. Nada de lo que funciona a través de la red de redes podía cumplir su función, por lo que las redes de cobranza estaban fuera de servicio, así como los cajeros. Los salteños tuvimos una muestra de lo vulnerables que es la humanidad toda, frente a la tecnología. Nuestra vidas parecían detenidas.
PERDIÓ EL CELULAR
El hombre perdió el celular, con todo lo que ello implica, «Parece que me falta un brazo» decía. La pérdida se había producido dentro de su casa, por lo que la durante tres días dio la batalla de búsqueda, acompañado por su familia. No quedó rincón de la casa sin ser revisado atentamente, pero luego de las 72 horas de intensa búsqueda, desconcertado y resignado, llegó hasta la casa donde venden los aparatitos -y desembolso mediante-, se hizo de uno nuevo.
Ese mismo día aprovechando una esplendida jornada de sol otoñal, su esposa puso a lavar entre otras prendas, los championes de nuestro actor principal. Grande fue la sorpresa cuando comprobó que el celular perdido estaba dentro de uno de los championes que durante los tres días de intensa búsqueda, nuestro amigo llevaba puesto.
DIFAMACIÓN E INJURIA
La ley no admite ignorancia, pero… Desde hace algunos años con la llegada de las redes sociales, la difamación y la injuria son cosas de todos los días y a cada rato. Gran parte de las personas que utilizan estos canales modernos de comunicación, no reparan que sus expresiones son vertidas públicamente y son pasible de sanciones. La triste realidad es que quien quiera puede decir cualquier cosa de otra persona sin detenerse ni un momento a pensar que esa acción puede acarrearle serias consecuencias. Injuriar y mansillar el buen honor de las personas, es delito aunque sea por facebook, tweeter o instagram.
Latidos