Por el Dr. Pablo Perna
Miguel Toma de 69 años de edad, integrante del Frente Amplio, ocupó el cargo de Secretario de Presidencia de Tabaré Vazquez desde 2008 a 2010 y de 2015 a 2020. En el año 2019, teniendo un poder absoluto dentro de la Torre Ejecutiva, por ser la mano derecha del Presidente, contrata a una joven contadora recién recibida, de 23 años de edad.
El cargo que se le adjudicó a la joven fue en la Secretaría Nacional para la Lucha contra Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo (SENACLAFT). A los dos meses de su ingreso el jerarca la integra en el equipo de representación al extranjero, por lo que realizan juntos el primer viaje a Roma en junio de 2019, costando el viaje solamente en pasajes aéreos la suma de U$S 9.855; en agosto de 2019 viajan a Washington D.C. pagándose U$S 9,327; en noviembre de 2019 vuelven a Washington D.C. pagando U$S 2.525; en diciembre de 2019 retoman a Roma, costando los pasajes la suma de U$S 8,975; y en enero de 2020 vuelven a Washington D.C. desembolsando U$S 9.715. En total los uruguayos pagamos en los viajes de Toma junto a su joven contadora, solamente en pasajes aéreos y en siete meses, la suma de U$S 40.397.
Sus viajes provocaron gran repudio cuando la cadena televisiva ESPN pasaba el partido de la Europa League, entre Roma y un equipo austríaco, jugando en Italia, y al enfocar a las tribunas aparece Toma acompañado de la joven. Mientras los uruguayos y su propio partido Frente Amplio se disputaban el Gobierno de los próximos 5 años, el mano derecha del Presidente Vazquez, disfrutaba de viajes de dudosa importancia, muy bien acompañado y gratis.
Esta semana ha salido a la luz pública que el Presidente Lacalle ha resuelto aplicar a Toma la máxima sanción prevista para los funcionarios públicos por haber cometido “falta grave” por una serie de irregularidades en sus “misiones oficiales al exterior”. Toma no logró probar la idoneidad de la funcionaria para el cargo que ostentaba; sostuvo que la contadora lo asesoraba en temas de lavado de activos, pero en cambio cuando la joven declara, sostiene que hacía únicamente trabajos de secretaría. La propia SENACLAFT informó que la joven tampoco tuvo cursos expres de capacitación de lavado de activos para haberse incorporado a las misiones oficiales a tan solo dos meses de su ingreso. El sumario concluye que la conducta de Toma fue “contraria a la probidad, legalidad y obediencia” y que “el funcionario existe para la función y no la función para el funcionario”. No ha sido cesado por ser funcionario presupuestado.
El Frente Amplio no se ha expedido sobre los exabruptos de uno de los cargos más importantes de su Gobierno, cayendo nuevamente en la doble moral de izquierda. Pero nos quedamos con las palabras del ex ministro de Salud Pública, Dr. Conrado Bonilla, publicadas en Diario “El País”, refiriéndose a Toma cuando desempeñaba funciones en dicha repartición: “… usted es un jodido. Cobarde… solo tartamudeaba, como es bien de él. Un gran flojo, un pusilánime”.
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