Por Agustín Radesca
En la presente columna tengo como finalidad demostrar, la necesidad imperiosa que tiene el Partido Colorado en la actualidad de (como se dice en la jerga política común) “abrir la cancha” a diferentes candidaturas o sublemas con sus respectivos candidatos para mejorar su caudal electoral. Esto se llevaría a cabo, mostrando cuanto votaba el Partido en las elecciones del 1984, 1989, 1994 y finalmente la del 1999 cuando obtuvo su última victoria electoral nacional en manos de Jorge Batlle.
Hoy vemos claramente, que el Partido no goza de “buena salud electoral” y que esto conduce a que muchas veces, o mejor dicho, es consecuencia de síndrome mesíanico que venimos sufriendo desde el 2009 hasta la fecha, lo que genera que la oferta al electorado no sea plural y el ciudadano opte por votar fuera del Lema.
Con la salida de la Dictadura, en las primeras elecciones por fuera del régimen autoritario, las del 84, vemos que la colectividad colorada presenta una oferta plural, por un lado Jorge Pacheco Areco, quien ya había sido presidente de la república, a quien se les acusa muchas veces de “derechizar” al partido, principalmente desde de fines de los años sesenta. Por otro lado, a Julio María Sanguinetti quien, en conjunto con otro paladín de la democracia como lo fue Tarigo, buscaron una salida moderada a la dictadura a través del “Cambio en Paz”, brindando una opción más de centro, mas “Batllista”. En esta oportunidad el Partido se impuso por un amplio margen obteniendo el 41% del caudal electoral.
En las elecciones siguientes, el Partido y sus candidatos no son acompañados por el calor electoral y sufren una derrota contra el Partido Nacional, quien con un Luis Alberto Lacalle joven, brindaba una alternativa que le resulto más atractiva a la gente. De igual manera el Partido alcanza gracias a sus tres candidatos (Jorge Batlle, Pacho Areco y Hugo Fernández Faingold) una votación que rozó las 600.000 adhesiones.
En la elección siguiente, la del 94, el Partido vuelve a imponerse y recupera el abrazo electoral de la ciudadanía, quien vuelve a confiar en Julio María Sanguinetti para estar al frente del Ejecutivo Nacional pero acompañado de un Batllista de todas las horas, Hugo Batalla.
En esta oportunidad, se ven tres fuertes candidaturas compitiendo en la “interna” colorada, por un lado Jorge Batlle, Jorge Pacheco Areco y Julio María Sanguinetti. Brindando al ciudadano un pluralismo de opciones: una moderada, una más a la “izquierda” y una de derecha. De igual manera, la victoria fue pirrica, ya que el margen que dio la victoria electoral fue apenas de ¡22.000 votos!
Yendo a la última victoria electoral colorada, la de 1999, donde por fin Batlle, luego de varias décadas de esfuerzo y de someterse a la opinión pública, se alza con la victoria en la segunda y recién implementada vuelta (balotaje), gracias a la gran cantidad de votantes nacionalistas (primera coalición) que le prestaron la confianza en esta oportunidad. Pero observamos la interna reñida entre los dos sectores tradicionales del coloradismo, el Foro Batllista contra el Sector de la lista 15 de Jorge.
Todo este reconto que realiza este joven en esta nueva oportunidad, tiene por finalidad única, demostrar al lector, que cuando el Partido Colorado logró sus victorias electorales, fue gracias a la cantidad de candidatos y sectores fuertes dentro del lema; enseñanza que hoy debemos comenzar a plasmar nuevamente si es que queremos volver a estar al frente del ejecutivo nacional y darle a la ciudadanía nuevamente un gobierno colorado.