domingo 25 de mayo, 2025
  • 8 am

Sujetar cada cosa en su lugar

César Suárez
Por

César Suárez

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Por el Dr. César Suárez
Cada planeta de acuerdo al tipo de atmósfera que tenga, atraerá hacia su superficie todo lo que pese menos que el aire, a eso se le denomina gravedad, propiedad que hace que cada objeto con cierto peso permanezca atraído hacia el piso y permite que nosotros mismos y todos los objetos que nos son útiles permanezcan estables sobre la superficie terrestre y no estemos flotando tal como sucede en las cámaras de vacío o en las naves espaciales que se sitúan fuera del alcance de la gravedad terrestre.
Cualquier objeto en caída libre, acelera 9.82 metros por cada segundo de caída, o sea que un objeto que cae sobre la superficie de la tierra durante 10 segundos, llega a la superficie de la tierra a una velocidad de 98.2 metros por segundo al hacer contacto a una velocidad de poco más de 350 km por hora lo que da una idea de enorme fuerza de atracción que tiene hacia cualquier objeto nuestro planeta.
Sin duda, esto es una ventaja para nuestra vida cotidiana porque cada cosa permanece en su lugar sin nadie decide moverla, pero tiene la desventaja que todo lo que tiene cierto peso siempre buscará el sitio más profundo y caerá por su propio peso si ninguna fuerza lo sujeta.
Vencer la fuerza de la gravedad ha sido un anhelo que acompaña a los seres humanos desde los más remotos tiempos buscando encontrar la mayor altura posible intentando superar al anterior intento.
Pero más allá de todos los intentos de vencer la gravedad de la tierra con sofisticados artilugios que han sido posible gracias a la observación y la inventiva y que se han multiplicado en forma asombrosa en los últimos 100 años, existen recursos simples, de uso cotidiano y a los que solemos recurrir sin preguntarnos de donde surgieron o quien o quienes lo crearon pero que han sido inventos trascendentes para intentar mantener cada cosa donde a nosotros queremos que permanezcan.
Que haríamos si alguien hace miles de años no hubiese inventado el clavo y el martillo o el alambre o la escalera o la tuerca el tornillo y, por consiguiente, la rosca para asegurarnos de mantener cada cosa en su sitio a determinada altura del suelo luchando contra la gravedad.
Qué haríamos con nuestra ropa moderna si alguien no hubiese inventado los botones hace como 4000 años y los ojales hace 800 años, parece sencillo pero la humanidad tuvo que esperar más de 3000 años para juntar los botones con los ojales, había que inventarlos.
En ese afán por sujetar cosas Artur Fischer, inventó un taco de plástico con espículas para fijar tornillos a las paredes logrando soportar grandes pesos y sostener grandes estructuras, también parece sencillo, pero la humanidad tuvo que esperar hasta 1958 para que alguien lo inventara.
Nuestra vida cotidiana está sujeta a las propiedades de la naturaleza y a la inteligencia de quienes intentan adaptarnos a esas reglas naturales que mentes brillantes las han ido analizando y generando artilugios para que nuestra vida cotidiana sea lo más cómoda posible y es importante saber reconocer cada pequeño invento que combinados nos han permitido ir adaptando nuestra vida a los designios de la naturaleza.