Por Carlos Arredondo
Es el lunes 16 de junio, llueve en Salto, y acabo de terminar de leer, por tercera vez, la nota de opinión publicada por el Juez Dr. Alejandro Recarey, en el portal “Extramuros”, bajo el título: “De la obligación de matar, al transhumanismo. La eutanasia vista con la justa distancia”.
La nota demuestra un magistral conocimiento de la cosa jurídica, hace una irrestricta defensa a nuestra tambaleante Constitución y arrincona argumentalmente a quienes impulsan la tenebrosa ley “Eutanasia”.
En un hecho que solo a algún trasnochado malpensado se le puede ocurrir que fue adrede, todo el sistema político globalista (FA, PN, PC, CA y PI) omitió referirse al asunto en la pasada campaña electoral a pesar que el proyecto de ley está a estudio en la cámara baja desde agosto de 2022, y llega con la firma de frenteamplistas, colorados e independientes, lo que le otorga grandes posibilidades de ser aprobado. Pero como “tu opinión cuenta”, habrás tenido la chance de escuchar sobre las “bondades” que la voluntad de morir tenga un marco jurídico claro, en algún medio de comunicación (y me parece que con eso vas a tener que darte por bien enterado, y apoyando, esta “genialidad” jurídica).
El Dr. Recarey es Juez de Primera Instancia en lo Civil de MVD, de 9º turno, y en su artículo, con una lucidez que ya quisieran poseer varios de nuestros legisladores, en 13 puntos (que jamás escucharás como argumentos en los medios masivos), demuestra la inmoralidad, inconstitucionalidad y la gran falacia que el proyecto representa.
Me es imposible transcribírtelo todo, como, confieso: me encantaría, por eso al cierre de esta nota (en la web de CAMBIO) quedará a tu disposición el enlace que te permitirá acceder a él.
Recarey comienza advirtiéndonos que la Eutanasia no es otra cosa que “un homicidio pseudosanitario (…) que obliga indebidamente a otros, personas e instituciones de asistencia médica, a matar”, y reflexiona:“no existe tal cosa como el “derecho a morir” (no puede haber “derecho” a la extinción de la persona humana, cuya preservación y promoción es el objeto final de todos los derechos)”. Lógica pura y dura, pero ausente entre quienes impulsan el proyecto.
Nos recuerda también que al aceptar como válido el derecho a morir, “se sigue inexorablemente la aceptación – consciente o inconsciente, expresa o tácita- de su contracara lógica: la “obligación de matar”. Matar a efectos de “satisfacer”.
El proyecto modifica la ley de ética médica y pone sobre la mesa, fundamentalmente de los colectivos médicos, un punto central: “No corresponde a la ley, desde su imperatividad, modificar las previsiones éticas de un colectivo de particulares. El parlamentario no puede dirigir la ética de los médicos. Ética que, desde Hipócrates, se ha centrado en eliminar el dolor; no en eliminar el enfermo. La eutanasia, como el aborto, no son actos médicos (…) en tanto que el fin de la medicina es curar (…) La eutanasia no cura nada. En este punto no debe olvidarse que el primer régimen que instaura la eutanasia, desde del viejo paganismo romano, es la Alemania nazi”.
“Bajo capa de amparar los supuestos derechos de uno, se imponen inaceptables obligaciones a otros (…) Repárese en que, aunque se aprobara el proyecto (legalizándose la eutanasia), permanecería en pie la prohibición constitucional de atentar contra la vida de los demás (…) De esta manera, y en punto que no es para nada menor, vemos cómo la subjetividad de uno termina colocando a otras personas e instituciones en línea de infracción constitucional”.
El artículo tiene muchísimo más y es una invitación a la reflexión profunda, no solo sobre la conveniencia o no que este asunto sea parte de nuestro sistema jurídico, sino también a entender los motivos por el cual este delicadísimo tema no estuvo en la campaña electoral y se discute casi a escondidas. Absolutamente recomendable!
Aquí el enlace:
https://extramurosrevista.com/de-la-obligacion-de-matar-al-transhumanismo-la-eutanasia-vista-con-la-justa-distancia/
