Salto se vistió de compromiso y reclamo en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Un grupo de personas se congregaron en un acto de profunda significación, marchando en silencio para alzar la voz por las víctimas y exigir un cambio radical en la sociedad.
CONCENTRACIÓN
La concentración inicial tuvo lugar en Plaza Artigas. Desde allí, la multitud emprendió una emotiva marcha en absoluto silencio, recorriendo calle Uruguay hasta culminar en la Plaza de los 33 Orientales. El mutismo de la movilización simbolizó el silencio impuesto a menudo sobre las víctimas, transformando la caminata en un poderoso grito no verbal de repudio a la violencia.
PROCLAMA
Una vez finalizada la marcha, la comunicadora y directora de la Asociación Civil Familia Grande, Sandra Canio, dio lectura a una contundente proclama que resonó en el corazón de los presentes. El discurso no solo recordó la dimensión de la violencia, sino que también hizo un enérgico llamado a la responsabilidad estatal y social. Canio comenzó exigiendo un alto: «Basta de silencio, basta de miedo, basta de violencia que se esconde en hogares, trabajos y espacios públicos. Hoy marchamos por las que están, por las que no están y por las que vendrán”. La proclama desglosó la violencia en todas sus formas, enfatizando que no se limita al golpe físico:
- Violencia física: «que deja marcas en la piel.»
- Violencia psicológica: «que rompe el autoestima con insultos, gritos y humillaciones.»
- Violencia emocional: «que hiere con indiferencia, manipulaciones y silencios que duelen.»
- Violencia económica: «que controla con el dinero y limita la libertad.»
- Violencia digital: «que acosa, hostiga y expone en redes.»
- Violencia institucional: «que llega tarde, que no escucha, que no protege.»
EXIGENCIAS AL ESTADO
El mensaje puso el foco en la inacción y las carencias del sistema: «Reclamamos un Estado que proteja, que responda, que llegue a tiempo y que cuente con recursos suficientes, bien gestionados y realmente efectivos”. La activista fue enfática en el uso correcto de los fondos: «Que cada peso destinado a proteger a una mujer se use como corresponde, para salvar vidas, no para llenar papeles». La jornada cerró con una declaración de principios irrenunciables, un recordatorio de que la lucha por la igualdad es la base de la paz social. «No queremos más nombres que llorar. Queremos vidas dignas, seguras y libres,» afirmó Canio, concluyendo con el lema que unió a todos los manifestantes: «Porque sin igualdad no hay justicia, sin justicia no hay paz. Vivas, libres y sin miedo, siempre».