Por el Dr. César Suárez
La naturaleza ha hecho que cada ser vivo sea diferente a cualquier otro y por más parecido que sea, siempre habrá una infinidad de detalles que, aunque parezcan ocultos, la ciencia siempre encontrará las infinitas diferencias de todo lo que parece igual y que le dan una identidad diferente a cada quien que haya tomado vida, pero mucho más allá de los detalles técnicos, identificatorios que la ciencia aporta, cada ser humano, con su mapa genético, transita por la vida, aleatoriamente y con el transcurso del tiempo, sin dejar de ser la misma persona, se va modificando de acuerdo las circunstancias para terminar siendo, en cada momento, igual a si mismo por siempre, pero diferente en cada momento.
Sin duda, cada uno es como es, o como puede o lo dejan ser, cada uno la pelea con las herramientas que tiene y cada uno juega un rol en cada lugar que le toque actuar, cada uno encuentra a su paso, aliados, indiferentes y detractores, pero sea como sea, nadie pasa desapercibido, aunque lo intente y hasta el ser más desvalido está ahí, ocupando su lugar, generando su propia historia, visible para el que mira y para quien no quiere mirar
Cada uno busca encontrar su lugar de confort y va explorando en forma continua en cada uno de los espacios que tiene a su alcance y en forma permanente, opta por avanzar, quedarse quieto o retroceder, cada uno, casi sin darse cuenta va armando su propia historia, cada uno transita su libre albedrío por la vida que le ha tocado intentando ser.
Los acontecimientos se suceden aleatoriamente y dentro esa incertidumbre cada uno arma su estrategia, la gran mayoría, somos del montón, cada uno con su perfil, cada con su imagen física, inconfundible para los que nos conocen, cada uno, con su forma de ser, inconfundible para los que permanecen cerca y comparten nuestra historia.
En el traqueteo social cada uno se va acomodando en su lugar ayudado por la capacidad, por la voluntad y por las circunstancias.
Cada uno participa del reparto de lo que hay, aunque la mayoría ya está repartido o tomado por asalto y lo poco que queda, cada uno toma lo que puede, y los postergados de siempre suelen quedarse sin nada, apenas las migajas que se salpican luego de la pelea.
Cada uno vale por lo que es, pero sobre todo vale por la percepción que tiene los demás, la opinión colectiva arma a los héroes, a los ídolos, los crea, los ensalza, los cuestiona, los devalúa los destruye, los rescata o los descarta.
Cada uno es dueño de su mundo, extrovertido o impenetrable, cada uno es un universo único e intransferible, cada uno va a cuesta con su historia, cada uno se alía con su más parecido, querella con el contrario o se somete al más dominante, cada uno se junta y se separa, cada uno transita por sus vericuetos, cada uno está convencido o duda, cada uno marcha firme con su idea o se arrepiente, cada uno planifica su futuro o vive el día
Cada uno cae y se levanta, se anima o se deprime, se ilusiona y se desalienta, triunfa o fracasa, cada uno la pelea o se conforma, cada uno avanza y retrocede confía o pierde la esperanza y más tarde la rescata, cada uno es todo eso, y cada una de esas sensaciones, cada uno se revuelve dentro de sí, para terminar siendo lo que al final es, con todos sus defectos, con todas sus virtudes, cada uno es lo que ha sido, cada uno es lo que es, absolutamente imperfecto e irrepetible.
