jueves 28 de marzo, 2024
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Ing. Agr. Marcelo Pereira – Instituto Plan Agropecuario Campo natural: «la quema es una buena herramienta en la medida que se planifica»

En el marco de un ciclo sobre el campo natural, donde técnicos del Instituto Plan Agropecuario responden preguntas e inquietudes de los productores, el Ing. Agr. Marcelo Pereira fue consultado sobre la quema de los campos, cuáles serían las ventas, las desventajas, como y cuando realizarla. En este sentido el profesional dijo que «la quema es una buena herramienta en la medida que se planifica y se hace ocasionalmente», sin embargo advirtió que «la quema continua la debemos desterrar».
En primer lugar el profesional señaló que «cuando uno quema los campos lo primero que viene es lo que tiene más reserva y lo que tiene más reserva es lo menos comido y lo menos comido son las malezas» por lo que advirtió que «en general la quema de los campos lo que hace es ensuciar los campos», por lo que desaconsejó «rotundamente» es «la quema continua de los campos».
Marcelo Pereira indicó que en Estados Unidos existe lo que se llama «quemas prescriptas», es decir que «así como un doctor prescribe una receta, uno puede prescribir un fuego». En este sentido recordó que las quemas no se pueden realizar con vientos que superen los «20 o 25 kilómetros por hora», que además se debe «hacer con suelo húmedo», las temperaturas no deben superar «más de 20 o 25 grados centígrados y no se debe quemar cuando no hay viento».
Además indicó la necesidad de realizar «cortafuegos que tienen que ser anchos y hechos con la suficiente antelación para que, en definitiva, no haya combustible».
El porqué
El técnico del Plan Agropecuario dijo que si el productor decide y realiza la quema del campo, lo más importante «es solucionar las causas por la cual se quemó». En este sentido marcó que la utilización de esta herramienta comúnmente se realiza «por exceso de forraje y uno de los procesos es decir vamos a enternecerlo con el fuego».
Pereira dijo que «muchas veces ocurre, por ejemplo, en comunidades homogénea como los pajonales que se quema y al otro año lo tenemos que volver a quemar», por lo que remarcó que se debe «solucionar la causa de por cuál, por la cual se llegó a que hubiera un empastamiento grosero».
En ese sentido dijo que se debe «aislar esa comunidad, por ejemplo con alambrado eléctrico, y darle un tipo de pastoreo frecuente intenso, de tal manera que no haya acumulación de forraje».
Clasificación del fuego
Los fuegos se pueden clasificar y «la manera más fácil es clasificarlos es por si el viento es a favor o en contra» dijo el especialista. En este sentido marcó que «cuando uno quiere deshacerse del material seco excedente, una buena alternativa es el fuego con viento a favor, porque son rápidos. Son de difícil control. Son de un buen largo de llama y son fuegos que no destruyen prácticamente nada». En cambio, «los fuegos con viento en contra son fuegos lentos. Son fuegos de muy fácil control, pero que destruyen mucho».
Cuando y cada cuanto hacerlo
En cuanto a los momentos donde se realiza esta práctica, Pereira dijo que «es clásico quemar los campos en primavera para sacar todo el exceso de forraje y enternecerlo», por lo que recomendó en caso de realizarlo en esta época que el productor lo lleve a cabo «una vez cada cuatro, cinco o más años y desterrar el concepto de las quemas continuas».
Respecto a la quema en la salida del verano, «sobre todo en lo que se llaman comunidades complejas, donde hay muchas especies para librar los campos del exceso de forraje del verano». En este sentido dijo que «en la realidad, la gente no lo hace porque tenemos por delante la estación del invierno y quemar o deshacerse del exceso de forraje puede llegar a ser un riesgo enorme a la hora de quedarnos sin forraje en el invierno».
En este sentido Marcelo Pereira remarcó que «la quema tiene que ser cuidadosamente planificada, es decir, cuando uno quema un potrero tiene que quemarlo todo, porque la quema, a su vez puede inducir la degradación».
«Quemar por manchones es lo peor que se puede hacer y sobre todo quemar por manchones y dejar que los animales sobre pastoree en esos manchones» dijo Pereira y remarcó que «lo que hay que hacer es quemar todo el potrero y dejarlo un tiempo prudente de recuperación, al menos 20 días o un mes luego de la quema para que no haya sobre pastoreo en algunos lugares».