Por Andrés Torterola
Basta sentarse en una de las plazas céntricas de la ciudad de Salto para poder comprobar el status de ciudad turística, Ariel, su esposa Lorena y sus hijos Alfonsina y Caetano decidieron ser una familia nómade, en el año 2017 optaron por dejar el trabajo formal, (Ariel es docente de historia y Lorena profesora de educación física) entendieron que era perfectamente posible disfrutar más tiempo en familia, tomaron la decisión de hacer un viaje juntos, vendieron la camioneta nueva que tenían y compraron la Willys rural (estanciera) del año 1964que se transformó en el hogar de la familia.
UNA AVENTURA
Entrevistado por CAMBIO Ariel explicó que a partir de ese momento decidieron realizar el viaje de sus vidas, el vehículo está de la misma manera que cuando la compró, se hicieron algunas mejoras, pero la idea era viajar por toda la Argentina, vivir una aventura y que el viaje valiera la pena, que pudieran contar todas las peripecias que los hace padecer un vehículo de la década del 60. Cada vez que se rompe el vehículo ganamos un amigo, es un auto que despierta la simpatía de las personas, que por su antigüedad ya casi no se los ve en circulación, el viaje se hace a la velocidad del vehículo, eso permite disfrutar el paisaje.
SIN APURO Y CONOCIENDO
Ariel es de Rosario, Lorena de Corrientes, Alfonsina nació en Rosario y Caetano es de Calafate, nació en el camino, el objetivo es viajar por todo el continente, después de recorrer todos los rincones de Argentina la idea es conocer otros países. En el espíritu aventurero no existe la sensación de peligro, en la ruta siempre vamos a la velocidad establecida ya que la Willys no supera los 70kms, nosotros viajamos bien, el problema es que la sociedad va muy rápido, muchos vehículos diseñados en Europa son para las rutas de allá, yo y mi familia no tenemos que ir a tanta velocidad, viajamos a la velocidad del paisaje, vamos conociendo, vamos tranquilos, agregó.
UN LUGAR PARA ACAMPAR
Cuando llegamos a un lugar lo primero que hacemos es buscar una zona de camping, como curiosidad en la ciudad de Salto no encontraron un lugar con baños, electricidad para calentar el agua, cargar los celulares, enchufar un ventilador, un sitio donde estacionar y pernoctar. Nos sorprendió que estuvimos todo el día en diferentes lugares de Salto y nadie se acercó a saludarnos, eso nos resultó extraño.
Debido a la última inundación y a las reparaciones que se están haciendo en la costanera no hay en este momento un lugar donde puedan acampar, la sugerencia fue las termas del Daymán o el predio frente al Shopping, los visitantes pretenden estar varios días en Salto, conocer sus riquezas turísticas y luego recorrer el resto del país.
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