El embarazo en niñas menores de quince años, que aún no han completado su maduración física, psíquica, sexual, afectiva y social, tiene un fuerte impacto en el ciclo vital y compromete su desarrollo integral, afectando no solo el derecho a la salud sino también el derecho a la educación. Con frecuencia, estos embarazos obedecen a situaciones crónicas de violencia, abuso sexual y a situaciones de inequidad en las relaciones de poder. Teniendo en cuenta que en los casos notificados en el período mayo 2021 y abril 2023 el 82% corresponden a niñas o adolescentes que concurren a un centro educativo, se puede apreciar la importancia de disponer de orientaciones que contribuyan a hacer efectiva esta Estrategia Nacional e Intersectorial.
ESTRATEGIA
Se persigue el fin de dar cumplimiento a sus cometidos es muy importante que el sistema educativo “cuente con herramientas que activen mecanismos de coordinación intersectorial con el sis tema de protección social y con el sistema de salud, de modo de armonizar sus dispositivos para garantizar la protección de la niña o la adolescente en situación de embarazo. El objetivo de esta estrategia es trabajar en red focal y antes de realizar una derivación, contactar al equipo social o de salud para analizar conjuntamente la situación y las mejores intervenciones de forma articulada, de modo que se trate de una estrategia responsable.
ABUSO SEXUAL
En todos los casos se deberá identificar la presencia o no de abuso sexual. En caso de que se confirme el abuso sexual se accionará según los mapas de ruta de la ANEP para abordar situaciones de violencia.
